Urzúa y el Plan Nacional de Desarrollo, discrepancias y aciertos

Urzúa y el Plan Nacional de Desarrollo, discrepancias y aciertos

“No, no se puede escribir a vuela pluma un Plan Nacional de Desarrollo”, escribió Calos Urzúa, exsecretario de Hacienda, en sorpresiva colaboración periodística para El Universal (lunes 22 de julio). Con la discrepancia madre hemos topado, pues Urzúa nada dijo de esto en la entrevista con Hernán Gómez (Proceso, julio 15), donde ofreció 6 razones sobre su renuncia.

Con colmillo editorial, don Carlos guardó la discrepancia madre para su retorno como articulista. Legítimo en sentido laboral, astuto en sentido político. Urzúa, que se asume como académico, mostró oportunismo político con la frase ya citada. Hasta el viernes 26 de julio, una revisión de medios nacionales arroja que sólo la revista PROCESO hizo referencia al artículo de Urzúa. Como si un manto de silencio dejara a los personajes en debate solitario. El artículo se titula “Sobre el asunto del Plan Nacional de Desarrollo (I)” y tendrá continuidad argumental.

El destinatario de la frase a vuela pluma es el presidente López Obrador. Se sabe que Urzúa y su equipo redactaron la parte técnica del plan nacional de desarrollo (PND), que luego fue ampliado por AMLO en 70 cuartillas de tono más político y cultural, quizás con prisa. En la versión presidencial (mañanera del 16 de julio), el PND que le mostraron “con todo respeto, pudo haber sido escrito por Agustín Carstens o Meade,” neoliberales de abolengo. Esta revelación debió molestar a don Carlos, que en su artículo del 20 de julio recordó preceptos constitucionales que son requisitos legales para elaborar el PND. Artículo 26: “el documento rector debe presentarse mediante la participación de los diversos sectores sociales.” Luego, Urzúa se remitió al artículo segundo: “se debe consultar a los Pueblos Indígenas en la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo”.

¿Por qué la precisión constitucional? Urzúa continúa con la descripción de foros y  consultas sobre el Plan “desde el inicio de 2019”. Plantea que “fue un éxito, todo un éxito,” con otras secretarías que apoyaron a Hacienda en la logística. Se comprende que así se cubrieron los preceptos constitucionales de consultar a diversos sectores sociales y a los pueblos indígenas. Lo que da pie a dos interpretaciones: 1) que el actual Plan, reescrito a vuela pluma por AMLO, se saltó la norma constitucional; 2) que las consultas “desde el inicio de 2019”, promovidas por Hacienda, cubrieron tales preceptos. En el artículo de Urzúa no queda clara cuál es la interpretación que avala el texto. Parece clara la réplica a las 70 cuartillas añadidas por AMLO: “No, no se puede escribir a vuela pluma un Plan Nacional de Desarrollo”.

LIBERTADES, DEBATE Y TRAYECTORIAS    

Se ha publicado en este diario que hasta la forma de las renuncias es diferente en el nuevo gobierno. Adiós a las vaguedades sobre “razones de salud” y “motivos personales”. Esto en principio es sano para el debate público. Sin embargo, existe un aspecto inquietante de formas tan libres de renuncia: una nueva institucionalidad republicana, de respeto y confidencialidad, no encuentra cauces adecuados. En menos de 15 días, Urzúa alza la voz en la plaza pública. ¿Sigue el ejemplo comunicativo de AMLO? No necesariamente, pues como servidor público Urzúa no concedió entrevistas a fondo y trasladó los micrófonos a quien luego fue su relevo en Hacienda, Arturo Herrera.

Ahora bien, el debate público tiene sentido cuando se aclaran asuntos de interés nacional y las posturas de cada protagonista. Si Urzúa quiere aclarar algo sobre el Plan Nacional de Desarrollo 2019 y su presentación, en sentido político tendrá que decir más que la insinuada legalidad en suspenso. Sobre el factor vuela pluma, vale la pena una acotación: AMLO pasó 18 años en el diseño colectivo de una plataforma política, con recorridos por todos los municipios de México. Aflojado en terracería histórica, con tenacidad de tercer intento en candidaturas presidenciales, se comprende por qué AMLO pudo redactar el mensaje político y cultural del PND, en el poco tiempo disponible para escribir. Había pensado a México y tenía en circulación un libro (La Salida) que abordó temas del PND Morenista. En este sentido, con perdón de Urzúa, AMLO no escribió a vuela pluma.      

POSTDATA

Urzúa conoció a Obrador en 1996, cuando el tabasqueño era dirigente nacional del PRD. Los presentó Samuel del Villar. Ocupó la Secretaría de Finanzas del DF, ahora CDMX (2000-2003) y fue clave en el plan de construcción de los segundos pisos, obra emblemática de Obrador como jefe de gobierno. No participó Urzúa en el gabinete de protesta por el cuestionado resultado electoral de 2006. El Presidente ha declarado que no fue un error nombrar a Urzúa; el relevo Arturo Herrera ha da muestras de capacidad.