‘Vi a mi vecino en bóxer’, testimonio del sismo en Villahermosa

“No tenemos la cultura de estar preparados para un sismo, salí en pijama de mi departamento, hablé a mi tía que dormía en su recámara y no quería levantarse, no se daba cuenta de lo que estaba ocurriendo, hasta que le dije que estaba temblando, con el sueño que tenía no había sentido nada”, relató.

Asombrada aún con lo que había pasado en la entidad, platicó que para salvar su vida decidió subirse a la azotea de su edificio con su tía a quien casi tuvo que llevar arrastrando, pues es una señora de avanzada edad.

Arriba del edificio vio como poco a poco fue oscureciéndose la ciudad, las alarmas sonaban, los postes de energía eléctrica se mecían, los vehículos se movían de un lado a otro y la gente se encontraba en medio de las calles.

“Vi a mi vecino en bóxer, otras personas en toalla, la mayoría estábamos durmiendo, todos estaban atemorizados, los niños llorando, los perros ladrando de miedo, fue algo horrible, porque no estamos acostumbrados a este tipo de hechos en nuestro estado, siempre son inundaciones, no temblores y como éste que sentimos no recuerdo ninguno”, expuso.

Luego de unos minutos en la azotea, donde el tiempo se eternizaba, uno de sus vecinos le dijo que mejor bajaran, porque arriba era más peligroso que abajo, pero sus cuentas en tiempo no le dieron el valor de bajar por la escalera 12 pisos y menos, de la mano de su tía que por su edad no tan fácil puede bajar escaleras y menos de tantos pisos.

Finalmente, a los cinco minutos de haber dejado de temblar, se armó de valor y bajó a su departamento, donde vajillas, cuadros, espejos y algunos muebles estaban en el suelo, algunos rotos por la caída y las paredes de su edificio presentaban algunas abretaduras.

El escenario fue de reflexión, pues ni tiempo le dio de correr, de buscar un lugar seguro, de rescatar algunos documentos importantes y sobre todo, de pensar qué era lo mejor para salvaguardar su vida y la de su tía, agregó.