Juárez y el Progreso con la Educación

Juárez decreta las Leyes de Reforma, enfrentando al clero más voraz, avaro e intolerante, pues poseía 2 de cada 3 tierras fértiles y el monopolio de la educación, la religión, el registro civil y la salud

Benito Juárez trascendió su condición y origen a través del estudio, sabía que el progreso de una nación radica en la educación que se le imparte al pueblo y tenía una visión clara de su importancia. Buscaba democratizar el acceso a la educación, formando ciudadanos libres, conscientes y responsables. Pensaba que la educación era la base para construir una sociedad justa y equitativa, sustentando en el Artículo 3ro de nuestra Constitución su máximo legado: El Derecho a la Educación. Para construir este país la Educación ha sido fundamental desde la lucha por la soberanía en el siglo XIX. Al iniciar la cruzada por La Independencia en 1810, éramos poco más de 6 millones; casi todos analfabetos, solo unos miles sabían leer y escribir, ya que la educación era privada y religiosa; monopolizada por la iglesia, desde la elemental hasta la superior. Se reservaba solo a los hombres blancos y criollos de origen Europeo; quienes poseían el poder político, económico y religioso. Consumada la Independencia, de los casi 5 millones de adultos en el efímero Imperio Mexicano de Iturbide, sólo unos 30 mil eran letrados. Más del 99% de la población del nuevo estado no sabía leer ni escribir. En 1824 se promulga la Primera Constitución Federal Mexicana y comienza la reconstrucción de una nación en ruinas que había luchado por la libertad, la igualdad y la educación. Así, en 1858 Juárez llega a la presidencia, encontrando un país de analfabetas, en quiebra y endeudado; solo 1 de cada 20 mexicanos sabía leer y escribir; con la guerra civil y las invasiones extranjeras la población mermaba a 8 millones.

A pesar de resistir las invasiones y la imposición de Maximiliano, el país seguía en la pobreza y bancarrota. Entonces, Juárez decreta las Leyes de Reforma, enfrentando al clero más voraz, avaro e intolerante, pues poseía 2 de cada 3 tierras fértiles y el monopolio de la educación, la religión, el registro civil y la salud. En 1861 decreta la Ley de Instrucción Pública y crea la Secretaría de Instrucción Pública, la SEP hoy. La educación sería laica, basada en el progreso científico, lucharía contra la ignorancia, servidumbres, fanatismos y prejuicios; ayudaría a la mejor convivencia, evitando privilegios de razas, religión, de grupos, sexos o individuos. Avanzada a su tiempo, esta Ley redefinió el sistema educativo con una enseñanza basada en la ciencia, la observación y experimentación. Juárez creyó que la libertad no existiría mientras se siguiera explicando mágicamente el universo. Con los bienes nacionalizados se crean escuelas para niños y niñas, Institutos y Escuelas Nacionales, origen de las Normales y Universidades Públicas. Este gran ideal ya se venía fraguando desde inicios del siglo XIX con los movimientos y corrientes liberales que cimentaron las bases de la libertad de enseñanza proclamada en la Constitución; rompiendo con el monopolio del clero sobre la educación. Pero Juárez no limita su visión, y en 1869 crea la Academia Nacional de Ciencias y Literatura, la cuna de nuestros prestigiados órganos científicos actuales.

Tristemente, el sistema educativo nacional no logra consolidar los anhelos de Juárez. Nuestro nivel de estudios promedia solo 9.5 años, apenas secundaria terminada y medio año de prepa; sorprende que todavía 1 de cada 20 mexicanos no sepa leer ni escribir y otro tanto igual de analfabetas funcionales, quienes aún con educación carecen de habilidades básicas; sin mencionar nuestro pésimo desempeño en la última prueba PISA sobre matemáticas, ciencias y comprensión lectora en alumnos de 15 años. Juárez no escatimaría en invertir más para una mejor educación ni creería en la austeridad como estrategia de progreso. Si seguimos con las mismas políticas públicas de recortes y aumentos risibles al presupuesto de educación, ciencia e investigación, nos haremos ricos en ignorancia, fanatismo y pobreza; y los tiempos fratricidas de oscurantismo y ruina que combatió Juárez junto a sus aliados liberales, volverán con más violencia y miseria. ( drulin@datametrika.com/ Investigador Titular, UJAT/ Director General, Datametrika Co.)