No habrá reconciliación entre las cúpulas de MORENA y PRD, aún si amor, alianza no se descarta

 

Si alguna vez hubo algún interés por llegar a una reconciliación entre las cúpulas de MORENA-PRD, me dicen que ahora ya no. Ni aquí, en Tabasco, ni en toda la República mexicana. Adán Augusto López Hernández, virtual candidato a gobernador por el movimiento de Andrés Manuel López Obrador, me confirma que “no habrá reconciliación en las cúpulas”. Es palabra de Dios, que no entra en que, aunque sin amor, pueda haber una alianza y por tanto NO hay que descartar definitivamente que pudieran llegar a juntarse en las elecciones que se celebrarán en el 2108. AMLO, -y esto lo dice un servidor, producto del análisis que puede hacer un pobre y humilde escribidor “juntaletras” como yo- quiere merendarse al PRD entero, sin hacer concesiones, sin pactos, sin hacer prisioneros, sin piedad. Quiere fagocitarlo, desaparecerlo, para definitivamente quedarse con el liderazgo indiscutible de la izquierda mexicana. Tiene la razón y es lo que tiene que hacer ahora que cuenta con masas leales que le siguen y que están dispuestas a dar todo, hasta la vida si fuera necesario, por el líder tabasqueño. Lo que no se ve venir es que lo logre antes del 2018. Por eso una alianza con los perredistas se ve muy probable, si es que es real su interés por ser el próximo presidente de la República. Sin el PRD a AMLO le falta, no alcanza. Se queda en el umbral, pero no lo traspasa. Por otra parte al publicar la lista de empresarios que le apoyan, abre su perfil electoral a quienes siempre le han regateado su confianza: los poseedores del dinero. Eso sí: Quienes le regalan efectivo a un partido político, y ocultan su nombre, piensan cobrárselo todo junto, cuando llegue el momento, que siempre llega. Por eso los ha puesto en una lista, uno detrás del otro. en los papeles de periódico, con nombre y apellidos, para que todo el mundo sepa que no hay componendas. La adorable virtud de la humildad se ha refugiado en los partidos políticos. Ninguno, excepto ahora MORENA, se muestra partidario de que sean divulgados los nombres de sus generosos donantes, ni tampoco el de sus impacientes acreedores. Creen que es mejor que no se haga pública la identidad de los derrochadores, para que no les acusemos de pródigos. La verdad es que no son despilfarradores, sino inversores. Se acabaron los dadivosos enmascarados para MORENA. Por suerte, el ejemplo de AMLO no afectará a demasiados mexicanos. Si se encuentran en el desempleo, y desean desprenderse alguna cantidad, tendrán que publicarlo en la página web de MORENA y los sin empleo detestan cualquier forma de ostentación.

 

Por Antonio López de la Iglesia