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EL SOL DEL SURESTE



20/04/202002:40 p.m.Autor: Misael XicotencatlFuente: El Sol del Sureste
"Salgo con la protección de Dios"
Doña Pancha madruga todos los días para salir a vender las tortillas que ella misma elabora para el sustento de sus hijos

Desde las tres de la  mañana Doña Francisca Hernández Jiménez, deja su catre para iniciar sus labores diarias, moler el maíz para echar las tortillas, esperándole varios morrales, con los que el día anterior consiguió cilantro, chile dulce, chayotes, calabaza y yuca. Ella sale “con la ayuda de Dios”, el cual dice la protege de la enfermedades incluyendo el Coronavirus.

DURA JORNADA

Con su carga, desde las seis de la mañana inicia su peregrinar por las calles de Jalpa, todo para darle el sustento a su familia ya que dice haber quedado viuda y hoy lucha para darle estudio a sus hijos y el sustento diario con gran esfuerzo y caminar por horas vendiendo sus productos.

Sin importarle la pandemia del COBID 19, la humilde campesina recorre las calles vendiendo sus productos algunos que esta cosecha y otro que compra para revenderlos y así ganarse unos cuantos pesos que significa el sustento de su familia.

Doña Pancha como sus clientes la conoce, dice que tiene que dar barato su producto para tener contentos a sus clientes, los cuales en ocasiones le encargan huevos de rancho, achiote, y hasta gallina y pollo, buscando ganarse algo de dinero.

“Me da miedo la enfermedad”, dice con su mirada triste, pero agrega “más miedo me da cuando por alguna casusa se queda en su casa y sus hijos pasan las de Cain, debido a que en ocasión no tienen ni para comprar un kilo de frijol y las tortillas”.

PIDE AYUDA

La humilde mujer señala que está tocando puertas para que la ayuden para hacer producir su parcela, a través de Sembrando Vida, en donde le dicen que tiene que tener 2 hectáreas, cuando señala que otros reciben el beneficio por tener un pedazo de terreno.

“Creo –dice-- que esto es pura política y como yo no ando detrás de los políticos por eso no me dan nada”, dice.

“Si Dios me bendice, a las 12 del día en pleno sol me regreso a la casa en donde tengo que preparar la comida, lavar y plancharle a mis hijos sus uniformes”.

El resto del día sale a negociar algunos de los productos que deberá de vender al día siguiente, tal como lo ha hecho durante más de 15 años.

 


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