1973, Chile ensangrentado/ 11 de septiembre

Allende siempre, a la altura de los tiempos: "ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica"

I

PABLO PÁJARO CANTÓ ROTUNDO: "yo pisaré las calles nuevamente de lo que fue Santiago ensangrentada". Había sido un sueño. Y lo sigue siendo. El cobre para todos. ¡Fuera las trasnacionales! Víctor Jara sangra de sus manos. Para la guitarra el corazón al canto. En el estadio nacional, el holocausto. Cuántos vítores en los juegos. Lamentos y gritos ahora. Allende siempre, a la altura de los tiempos: "ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica". Por los obreros y campesinos, habría dicho.

Y el lucro del halcón. Las garras del halcón. Las entrañas del halcón. Transformado en buitre. Los cañones sobre La Moneda. Aviación. Y el general en jefe, por sobre la ética en jefe. Y la filosofía en jefe. Y sigue Pablo: "Un niño jugará en una alameda/ y cantará con sus amigos nuevos/ y ese canto será el canto del suelo/ a una vida segada en La Moneda".

Y ese canto nos acompaña por el 11/s Chile. Y Pablo poeta habría escrito sobre el portento de pueblo. Con bellos versos. Para agendar el momento en la historia. Del nuevo Chile. Más la CIA nunca rimará con poesía. Y la estrella solitaria fue pisoteada por las botas. Y resurgirá altiva en las escuelas. Los ausentes están más que presentes. En el movimiento estelar de las generaciones. Y miraba en lo alto la bandera mexicana en 1973. Países hermanos. Luto nacional. A media asta, por suelo.

Un lector de noticias hablaba sandeces sobre el "suicidio" de un presidente. Qué valor de hombre. Compatriotas. Estas son mis últimas palabras. Trabajadores del cobre. He aquí la historia. Del hombre como ejemplo de dignidad.

II

SE POCO DEL PAÍS de nombre Chile. Se desde la primaria que es de América del Sur. Y que su capital es Santiago. En septiembre de 1973 yo estaba en segundo de secundaria y su presidente era el socialista Salvador Allende. La tarde noche de su asesinato por los golpistas yo estaba trabajando en la casa residencial de Doña Carmen Jiménez, en la colonia Jardín, de mi pueblo Matamoros. Y vi y escuché a Jacobo Zabludowski en televisión dar la noticia. Al parecer es suicidio, dijo falaz. El caso es que Pinochet se encumbró en el poder manchado de sangre noble y buena.

No sé mucho de Chile. Escuché siempre la canción de Pablo Milanés que hace referencia a este hecho. "Yo pisaré las calles nuevamente, de lo que fue Santiago ensangrentada..." Y Salvador Allende se convirtió en ícono del triunfo electoral de la izquierda. Y también ícono de su martirio y sacrificio. Atrás y adelante del golpe de estado estaban los halcones de Washington. México haciendo gala de su política exterior recibió a cientos de refugiados. Entre ellos a la familia Allende Bussi.

La esposa de Allende, Doña Hortensia Bussi o una de sus hijas visitó mi secundaria junto con Doña Eva Sámano, esposa del ex Presidente Adolfo López Metros. Quizá fue en 1974. Mi secundaria lleva el nombre de él. Y en lo poco que conozco de Chile he leído a Don Pablo Neruda. Y vi la película Il Postino, que trata parte del exilio del poeta.

Ahora Chile vive una de las más grandes movilizaciones populares contra la política neoliberal de su presidente Piñera. Y el émulo de Pinochet dialoga con balas y rencor. Esperanzado miro las movilizaciones.