Altar Mayor

Fentanilo, el nuevo desafío….

El tema del fentanilo es un asunto que, en los últimos días, ha estado acaparando espacios en medios informativos nacionales y extranjeros destacando, particularmente, la carta que el Presidente Andrés Manuel López Obrador enviara en días pasados a Xi Jinping, Presidente de China, ante la preocupación del mandatario tabasqueño por la amenaza que representa para la salud el tráfico y consumo de esa droga sintética.

Al respecto, cabe destacar lo señalado por Daniel Epstein, portavoz de la Organización Mundial de la Salud quien considera que “debe haber una diferencia clara entre el fentanilo farmacéutico y los fentanilos producidos ilegalmente o falsificados, que se utilizan en el suministro de medicamentos para uso no médico”. (Proceso 03/04/23).

De esa opinión se entiende que para hablar de ese estupefaciente, hay que ver las diferencias, uno es el fentanilo farmacéutico y otros fentanilos, los producidos ilegalmente o falsificados, que son utilizados en el suministro de medicamentos para uso no médico.

Pero veamos: al margen de lo que dice la carta del Presidente AMLO en relación con el tema y lo expresado por Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno chino en lo que parece ser la respuesta de aquel gobierno al mensaje del mandatario mexicano, es interesante ver como hoy todo mundo, de pronto nos hemos vuelto expertos en el tema, emitiendo opiniones y comentarios sin ton ni son, sobre una sustancia altamente adictiva que, a decir de conocedores, se le considera 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más que la morfina.

El asunto es delicado y preocupante. Basta ver lo que está sucediendo con nuestros vecinos estadounidenses, referente al número de muertos por sobredosis (100,000 cada año), 64% de ellas por el consumo de opioides sintéticos principalmente el fentanilo (El Economista 19/03/2023), para tener una cabal idea de la gravedad del problema, y que lamentablemente según ha trascendido ya empiezan a salir noticias de que en México también se está consumiendo.

Evidentemente que este problema del fentanilo no farmacéutico, no nos lo va a resolver o controlar China ni Estados Unidos, tampoco se puede decir que por su cercanía, México esté obligado a hacer mayores esfuerzos que los vecinos del norte para el control de su tráfico, como a ellos le corresponde formalmente hacerlo dado la gravedad de su situación por el alto consumo.

Lo real es el hecho de que las autoridades mexicanas --con la suma de esfuerzos de la sociedad mexicana--  tienen por delante un gran desafío que exige de inicio, reconocer que el fentanilo no es asunto menor, sino altamente delicado, cuyo combate no permite a las autoridades el lujo de fallar, porque si esto es así, las nuevas generaciones pagaran las consecuencias devastadoras.

Es decir, sin importar de donde venga el fentanilo o el lugar donde éste se produce, una de las acciones que se debieran estar dando a la voz de ya, es mejorar sustancialmente la vigilancia en los puertos y carreteras de nuestro país, para lo cual también es menester una labor eficaz de las autoridades correspondientes tanto a nivel federal como locales, incluido lo que les corresponde hacer a los señores gobernadores y presidentes municipales en el sentido de estar atentos a un problema que aunque digan lo contrario, también están obligados a enfrentar por estar vinculado a la salud de la población.

Esto es muy claro. Porque de nada servirán una o mil cartas que el Presidente AMLO mande a gobiernos de otros países, si las acciones de los gobiernos estatales y municipales, ni por asomo se ocupan en realidad de enfrentar un problema que a, decir verdad, a ellos atañe controlar por conocer exactamente los límites fronterizos de nuestro país, y no dejar todo --como suele ocurrir-- en manos de la Federación.

Y de cara al 2024 y a los procesos electorales que se avecinan, quienes en el futuro inmediato aspiren a ser candidatos y después autoridades, deben tener muy presente este tema pues lo real es que el fentanilo –y no el farmacéutico-- llegó a México y ni cuenta nos dimos cuándo y cómo o por donde entró.

De ese tamaño es el gran reto que en esta materia se verán obligados a enfrentar el gobierno de la República y los gobiernos estatales y municipales. (altar_mayor@yahoo.com.mx