AMLO y las finanzas quebradas que heredó del PRI-PAN

Primera Parte.-Los detractores de AMLO, aquellos que perdieron sus canonjías y prebendas, ruegan que al gobierno de AMLO no le alcance el dinero para resolver los enormes problemas de un México desmantelado

Primera Parte.-Los detractores de AMLO, aquellos que perdieron sus canonjías y prebendas, ruegan que al gobierno de AMLO no le alcance el dinero para resolver los enormes problemas de un México desmantelado, saqueado y endeudado por una bola de corruptos que lo “gobernaron” durante los últimos cinco sexenios. Y ese México se lo dejaron de herencia precisamente los mismos que hoy lo critican.

Esos mismos les ruegan hoy a todos los santos del cielo que haya más mexicanos muertos por el coronavirus con el fin de ver fracasar al gobierno de AMLO en su lucha contra el COVID-19. Esos mismos buscarán el voto de esos mexicanos para este 2021.

Varios periódicos y columnistas también ladran porque se quedaron sin el chayo que antes cobraban en el chiquero. Decía don Porfirio Díaz: “¡Ese perro ladra mucho, tírenle un hueso pa’ que se calle!”. Pero hagamos caso omiso de los ladridos y ya en serio tratemos de ilustrar un poco al lector con un poco de Historia:

En 1975 la UNAM publicó un trabajo del maestro y especialista en Política Fiscal, Benjamín Retckiman. En ese trabajo el maestro Retckiman señalaba que México era unos de los países donde la carga fiscal al capital estaba entre las más bajas en el mundo; superado únicamente por Nepal. En otro trabajo publicado también por la UNAM pero en 1974 el mismo maestro decía que “… según el Fondo Monetario Internacional en 1968 México ocupaba el lugar 67 entre 72 países estudiados con un bajo esfuerzo tributario”.

Por su parte doña Ifigenia Martínez, que fuera directora de la Facultad de Economía de la UNAM, en la Revista de Comercio Exterior escribió que todavía de 1950 a 1967 la carga fiscal que los capitalistas pagaban en México era de 16.2 %; sin embargo, nos dice doña Ifigenia, a partir de 1964 “…la contribución del capital al impuesto sobre la renta empezó a decrecer aún más, al paso que aumentaba la carga correspondiente a los ingresos del trabajo”. Ya en 1976, mi maestro José Luis Ceceña y entonces director de la misma Facultad declaraba a Excélsior “… el gobierno CARECE DE RECURSOS para encarar los problemas planteados por el desarrollo DEBIDO A LA FALTA DE UN SISTEMA FISCAL que le permita obtener más fondos”.

Y esa herencia se empeoró con los años: en el periódico La Jornada del 4 de abril de 2007 se analiza y comenta un amplio informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); el documento lleva por título “La protección social de cara al futuro”. Ahí se destaca que mientras el conjunto de países de esa región registran una carga tributaria del 18 por ciento respecto de Producto Interno Bruto (PIB), en México es apenas del 10 por ciento. Pero no sólo es ese contraste; lo más preocupante es que ese pobre 10 por ciento de carga tributaria de nuestro país cae sobre las espaldas de la ciudadanía y no sobre los hombres más ricos. Ese 10 por ciento además, contrasta con el 40.6 por ciento que en promedio es la carga tributaria en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En estos países la distribución del ingreso es más equitativa, no existen los contrastes sociales, ni la desigualdad criminal e inhumana que hay en México.

MUCHO POR CORREGIR

Países como Holanda, Dinamarca, los países Escandinavos o el Japón no tienen los problemas de delincuencia que sufrimos hoy en México. En algunos de ellos no hay cárceles. El día 12 de ese mismo mes, especialistas del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) señalaba en La Jornada que mientras en México el promedio de recaudación por el impuesto al ingreso empresarial es de apenas 1.97 por ciento y el 2 impuesto al ingreso personal es de 3.23 por ciento en los países de la OCDE es de 3.4 y 12.9 por ciento respectivamente. Los especialistas del CIDE y del Fondo Monetario Internacional recomiendan que en nuestro país se eliminen los regímenes y tratamientos especiales, así como las exenciones y condonaciones de impuestos que sólo favorece a una minoría. (Y esto es lo que hoy está corrigiendo AMLO).

Esa herencia recibió AMLO de los gobiernos prianistas coludidos con los grandes capitalistas. Ya lo decía el maestro Ceceña que “…por esa razón el Estado se sale por el lado más fácil pero más peligroso: el endeudamiento interno y externo”.

Le digo a quien me lee: DINERO SÍ HAY EN EL PAÍS pero esa lana es de unas cuantas familias (muchas de esa fortunas de orígenes turbios e ilegales): ESE DINERO NO ES PARA LA NACIÓN, no es para las escuelas y hospitales por ejemplo. Las deudas de los banqueros como el FOBAPROA sí son deuda pública pero sus utilidades son privadas. Veo hoy con indignación que los hospitales privados no le abren las puertas al pueblo jodido y enfermo por el COVID si no lleva la lana por delante. ¡Y pensar que muchos de sus dueños llegan a misa los domingos!

AMLO sabe que recurrir al endeudamiento no conviene a México; además el margen de maniobra que le dejaron de herencia los gobiernos prianistas es nula pues dejaron endeudado al país al borde de la asfixia. (Continuará: México, el gran saqueo fiscal)