Apuntes sobre un preguntón (I)

Un gran preguntón, era Sócrates

¿USTED SE HACE PREGUNTAS sobre lo que sucede? Es más difícil hacerse preguntas, porque hay que responderse y si no sabemos, entonces hay que investigar, y eso requiere esfuerzo: acudir a un libro, mínimo asomarse a Google o a Wikipedia, para que nos den alguna respuesta. Y esta, verificarla en otras fuentes. Lo más fácil es no preguntarse nada. Y no tener explicaciones sobre lo que acontece alrededor nuestro. Y seguir así quejándonos de todo. ¿Por qué a mí todo me sale mal?

UNO DE LOS GRANDES preguntones, era Sócrates (Atenas, 470-399 a de C). Se dedicaba a ello bajo una premisa básica: el conocimiento ya está en la persona, solo hay que preguntarle para que su pensamiento busque la información, o en todo caso, con preguntas secuenciadas, y mediante el razonamiento, llegue al conocimiento. Así dialogaba con sus seguidores y alumnos. A eso se dedicaba. Esta manera de interactuar con los alumnos, se  le llama "método mayéutico". ¿Puede el alumno preguntar?, ¿O solo el maestro? Claro que puede el alumno preguntar. Sócrates no hace diferencia en quién pregunta. Solo que la experiencia del maestro hace que sus preguntas sean las que guíen la plática.

COMO ESTA FORMA de interactuar con los jóvenes, despertaba conciencia, fue acusado de corromper a la juventud, y condenado a muerte. Sócrates consideraba de poca utilidad social que la filosofía se dedicara a cosas abstractas, necesarias sí, pero se queda coja, como una mesa con dos patas. Consideraba que la filosofía mediante su método, debería tener de punto de partida las preguntas iniciales, con los alumnos pensando para dar respuestas a las preguntas del maestro, hasta llegar al desarrollo de la conciencia de los problemas de la polis (la ciudad): los ciudadanos son los que se interesan por los asuntos públicos. A ese punto. Los que no se interesan, no alcanzan la categoría de ciudadanos.

con ese razonamiento llegaba yo hace 12 años a las reuniones en comunidades del municipio de Centro. No con al explicación sobre quién era Sócrates, sino con la pregunta de "¿a los cuántos años se llega a ser ciudadano?" Y la respuesta de todos era que a los "18 años". Y yo les respondía:"No. A esa edad nos dan una credencial que nos acredita mayoría de edad, pero hay quienes mueren como ancianos sin llegar a ser ciudadanos". Todos se quedaban callados y sorprendidos, por el tipo de plática que se generaba. Lo mismo hacía en mis salones de clase.

"SOLO ES CIUDADANO aquel individuo que se interesa por los asuntos públicos", era mi respuesta. Y les ponía ejemplos "si hay un árbol atravesado en el camino, y delegado hace un llamado a los vecinos para ayudar en colectivo a quitarlo. Si se rompió un tubo de agua que abastece a la comunidad, y es necesario cooperar o hacer trabajos para repararlo, y el delegado llama a la comunidad. Si hay robos a casa habitación constantes, y es necesario hacer vigilancias comunitarias, y el delegado cita a reuniones. Quienes se interesan en ir a la reunión, son los ciudadanos. Los otros se quedan viendo el programa de Los famosos, o el partido de futbol, por poner esos ejemplos”. (Continuará)