Hacerle al cuento
19/07/2022
Hacrle el cuento es una transmisión que hago vía Facebook live
ME GUSTA hacerle al cuento. Así lo he hecho en mi vida. Y así me recuerdo siempre, con el cuento en el pensamiento y en la boca. Mi memoria me da para contar más. Y para hacerla mejor de cuento le agrego algo que no sucedió en lo que llaman realidad, pero ha sucedido en mi cabeza. Por eso escribo, si no, ¿cómo? He escrito unos tres cuentos que me han gustado. Publicados, uno ganó hace muchos años un concurso internacional en Mérida, Yucatán, 1989, (no me jacto, solo que la narrativa me abandonó). Hacerle al cuento, con lecturas en vivo ahora, me ha permitido sobrevivir en esta selva de concreto.
PERO NO SE ASUSTE, lector, lectora. El cuento es un género literario. Tiene una estructura tradicional: inicio, desarrollo y desenlace. Esta última parte debe ser inadivinable para el lector. Literalmente sorprendente, que el lector quiera seguir leyendo otros. Entretiene, sí, Se lee rápido. Un libro de cuentos es un deleite, porque se puede empezar por cualquiera. Hay cuentos memorables. Se recomiendan este tipo de libros para los jóvenes y en general para cualquier lector que inicia. Yo sigo iniciándome como lector. Y siempre ando en la búsqueda de cuentos, porque me gusta precisamente hacerle al cuento. Mis amigos y amigas lo saben.
Y "HACERLE AL CUENTO" es una transmisión que hago vía Facebook live, cada sábado a las 2: 30 de la tarde. Entre semana ando a la pesca de uno que puede gustar. Con esta voz aguardentera o más bien cervecera, lo leo, previo lectura breve de los datos del autor o autora. Apenas voy por el quinto cuento leído. Es una actividad que me impuse y es un trabajo que realizo con el mayor de los gustos. Empieza con la selección del cuento a leer. Me acuerdo de uno que leí hace tiempo. Lo busco. Y a veces lo encuentro fácil, a veces no. O busco alguno del que me platicaron. O me sugieren.
INICIÉ CON EL CUENTO de mi amigo Luis Alonso Fernández, "El hombre que perdió la cabeza de su mujer". Así he leído también "Los diez justos" y "Sobre los cinco panes", del escritor checo Karel Cápek; "Parábola del joven tuerto", de Francisco Rojas González; "La muerte tiene permiso", de Edmundo Valadés. Y es algo relajada la lectura. Tanto porque son cuentos que ya he leído en el transcurso de mi vida. Porque me traen algún recuerdo en el contexto de la leída por primera vez. Y porque le encuentro nuevos significados. A veces un comentario precisamente descubre el hilo conductor: la enseñanza que no es tal. El hecho que se cuenta impacta y el lector le busca una lección. Concedo que muchos, en muchos de ellos, el autor precisamente buscó dejar una enseñanza. Pero bien contada.
NO DEBEO OLVIDAR decir, que a diferencia de la novela, donde cabe de todo sobre la vida de los personajes, además que estos son muchos, en el cuento es solo una anécdota que se cuenta y son muy pocos personajes. Los necesarios para que se desarrolle el asunto único del que trata.
SE DICE, se cuenta, se asegura, que el cuento viene desde el origen del lenguaje. No podía de ser de otra manera. Y por supuesto viene en la tradición oral de los pueblos. Por eso asimismo todos los pueblos tienen los propios, y por los viajes de las personas se han ido adaptando en diversas culturas. Este hecho, y el contarlo de generación en generación, es lo que ha sostenido al cuento como tal y a quien lo cuenta la sociedad le ha sido reservado un lugar de gloria, preponderantemente importante, con coronas de laurel y reconocimiento en cartón, por decirlo de esa manera, aunque retribuido poco. Pero sin duda ellos mantienen viva la llama de la imaginación personal y popular. Y seguiré haciéndole al cuento…
DEJA UN COMENTARIO