Huye

Huye

HUYE DE LOS TIEMPOS muertos en los que nada hay de fruto ni intentos por hacer algo, así de simple. Huye del escandaloso ruido como de la peste, en él no hay ideas ni propuestas. En él se cruzan y entrecruzan las palabras orales y escritas sin sentido ni rumbo.

HUYE DE LA SOBRIEDAD ESTÁNDAR, de la ausencia del pecado. Es necesario  que todo fluya en mejores vientos, como el polen que viaja para esparcir la vida de las plantas, como el agua del río que deja el sedimento entre las piedras.

HUYE DE LA SINRAZÓN de las discusiones estériles. Agotan y a nadie se convencen de que están rotundamente equivocados. Incluido yo por supuesto y sin duda. Mejor que haya muchos menos tú en esa ruta.

HUYE DEL FARDO de la comodidad. Allí moramos muertos con vida. Y no queremos salir porque sentimos qué allí estamos bien. La comodidad sin libros es pantano, es arena para tumba.

HAY LUGARES a los que nunca hay que concurrir. Y si  ya estás allí salte sin pensarlo. Esos lugares son los del fanatismo religioso, político. Huye de los lugares comunes. Huye del kitch. De las monsergas políticas y de filosofías ligeras como de autoayuda. Y esos están en muchos lugares, a veces insospechados.

HUYE DE QUIENES te aconsejan que no oigas el canto de las sirenas. El más bello canto es el de la imaginación, de lo fantástico. La realidad ya tiene las cuerdas destempladas y solo repiten monótonas melodías. En cambio las sirenas...

HUYE DE LAS CABEZAS huecas. Están en todas partes como hormigueros y te cercan. Parece que es el destino inevitable. Y te miran raro. Y te llaman a la cordura de lo gris, con su dios del consumo y el oro a toda costa. Huye de los palacios sin libros. De los libros con palabras sin poesía. De las casas que tienen cabezas de animales como trofeos.

HUYE DE LOS FUEGOS fatuos, de los fastos, de los fuegos artificiales, esos que son lumbre de adorno. Y que destacan solamente en la oscuridad, y fuera de allí son nada. Necesitas los que tienen luz propia de día. Esos son los imprescindibles.

HUYE DE TI MISMO, si ese tu ser se conforma solamente con el pan sin carne, de carne sin alma, si es la monotonía el perfil, en el sentido literal de las cosas.

DÉJATE LLEVAR por el corazón, por el amor, por la flecha de Cupido, por las canciones de miel, por el durazno, la manzana, las toronjas y las uvas. Y nunca olvides el libro. El de poemas y canciones.

SÍ. HUYE RÁPIDO de los lugares donde no hay palabras sentidas, ni risas, alas, guitarra, ni vino.