Humanismo (I)

Es la conciencia con nuestro pasado erguidos en el origen


UNA MAESTRA, LUEGO DE TERMINAR un Consejo Técnico Escolar, el año pasado me preguntó vía redes si podía escribir sobre humanismo mexicano. Le dije "sí, escribe". "No, usted". Su queja es que quienes le impartieron el taller son arrogantes, vanidosos, y uno de ellos, maestro, es calumniador profesional. Todo, menos humanistas. "No predican con el ejemplo", me comenta. "Le pido solo que no comente sobre nivel escolar, ni municipio", me pidió. No, pues no. Sucedió en un estado del centro de la república. No en Tabasco ni en Tamaulipas.

ESCUCHAMOS LA PALABRA HUMANISMO, y la relacionamos de manera inmediata no solo con uno mismo como ser humano y con nuestros semejante cercanos y con todos los seres humanos a la vez, sino que es la reflexión filosófica respecto a la misión que tenemos en la vida como seres humanos y con la visión de cómo nos queremos ver como parte de la naturaleza en el futuro. Es decir, es la conciencia con nuestro pasado erguidos en el origen, es preocupación sobre nuestro presente confuso y contradictorio y nuestro futuro hacia el abismo, para reencausar lo que hacemos como colectivo de especie humana y con el fin de procurarnos mejores condiciones de vida.

ME PARECE SIEMPRE PERTINENTE, por lo didáctico, llegar al concepto de humanismo, con la ayuda de lo que no es, por comparación. Entonces humanismo no es la guerra, no es la envidia, no es la destrucción, no es el acumulamiento de bienes, no es la explotación del hombre por el hombre, no es la ciencia al servicio de las grandes trasnacionales, no es el saqueo indiscriminado de recursos naturales por las potencias, tampoco es el robo del erario público, ni el acaparamiento de tierras, no es la política de quítate tú para ponerme yo, ni es el abuso infantil o la violencia contra ninguna persona. Si todo eso no es humanismo, podemos acercarnos con ideas más claras de lo que sí es.

TIENE QUE VER CON VALORES UNIVERSALES tanto en la idea como en la práctica. Tiene que ver con el ejemplo que arrastra y se manifiesta en lo cotidiano, en el ser que es de paz y armonía, y que se solidariza con otros pueblos que se encuentran en situaciones difíciles, sea por condiciones de pobreza o por situaciones de conflicto bélico. Humanismo no solamente es ni debe ser una línea a aplicar en un Plan y Programas de estudio, sino una línea de acción general que se aplique en todos los ámbitos de la sociedad.

POLISÉMICO QUE ES EL TÉRMINO, al humanismo se le puede tomar desde distintas definiciones. Tanto en lo filosófico, como en lo estético. Tanto como un modo de ser y de vivir, como un modo de estar. Tanto en un enfoque de cosmovisión, como en el de vivir en lo cotidiano. Humanismo abarca la totalidad de enfoques de la especie humana que tiendan a vivir de una manera digna, con valores, cuidando uno de otros, y tratando que todos los individuos alcancen un desarrollo que les permita vivir una vida libre de penurias, de fanatismos, de conflictos, consciente del libre albedrío para la toma de decisiones por ser mejor en todos los sentidos.

GENERALMENTE ES HUMANISTA el enfoque de las constituciones del mundo. Si no de todas, cuando menos de la mayoría, aun con las diferencias que caractericen a cada una. Tienden dichas cartas magnas a una organización social en armonía, a la convivencia en valores. Es ante todo una visión del mundo, en la que el hombre, como especie humana, tiene razón y conciencia para determinar por sí mismo lo que le conviene y lo que no. Y aunque esta definición plantea un antropocentrismo (en contradicción con el planteamiento divino), no es contradictorio si ese humanismo tiende a procurar el cuidado de la naturaleza. (Continuará)