De lectores serios, y los ‘haters’ no tan virtuales

Al Nobel se le perdona la osadía de decir que La peste es un libro mediocre

Hay quienes replican el síndrome Vargas Llosa sin tener la seriedad lectora del Nobel peruano-españolizado. Al Nobel se le perdona la osadía de decir que La peste es un libro mediocre, ya está más allá del bien y del mal, pero tiene derecho a gruñir contra lo que se le venga en gana.

La muerte de Palomino Molero, La tía Julia y el escribidor, Conversación en la catedral, La fiesta del chivo y otras novelas le permiten decir de quien quiera lo que quiera. Total es un buen lector y serio.

Sin embargo, no podemos decir lo mismo de quienes con pose de intelectuales hablen pestes del autor de La región más transparente, a quien seguramente no han leído, y no han podido asimilar ni siquiera textos tan breves como Aura. Declaraba Borges con gran humildad que si un libro no lo atrapaba no era por culpa del autor sino que él no podía con tal lectura, que no era capaz de afrontar la lectura adecuadamente.

Pero suele suceder que en los cafés o alguna sobremesa nos topemos con este tipo de personajes que lo saben todo, y todo es desdeñable para ellos. Uno puede escucharlos hablar eternamente de Ciudad de Dios (la única película que han visto en su vida), de un solo título de los varios que nos dejó Ibargüengoitia y de la única vez que han colaborado en alguna revista nacional.

Uno escucha hasta el cansancio, pero se debe tomar como terapia de cuarto y quinto pasos hasta el cansancio.

Y uno cae en la cuenta de la insuficiencia lectora cuando aquellos se expresan con un lenguaje y un vocabulario prestado, sin ninguna identidad aunque sea aldeana, al fin y al cabo es identidad.

Escuchar o leer un discurso de don Carlos Fuentes, reflexionar uno de sus ensayos o simplemente quedarnos en silencio mientras nos habla de la historia de México es asistir a la fiesta de las palabras y gozar de ellas.

Aquel dicho que asevera que ‘en gustos se rompen géneros’, aquí no tiene cabida, de lo contrario el lector se convierte en una mala caricatura de sí mismo. Como las hay en demasía en México, y en Tabasco, aunque algunos, como el contagio del coronavirus, son extranjeros.

No es lo mismo que Borges se haya referido hacia doña Gabriela Mistral como ‘una superstición chilena’ usando su más fina ironía, a que un aprendiz de brujo quiera volar en una escoba eléctrica, y con la misma intente un ejercicio en acuarelas.

Pero en esta oleada de ‘haters’, que más esperan miles de likes para encandilar sus propios egocentrismos les da igual haber (mal) leído algo del maestro Fuentes que no conocerlo y opinar por opinar sintiéndolos un Vargas Llosa de las redes virtuales o de cualquier sobremesa.

Leamos a consciencia en esta cuarentena. Ordenemos nuestras ideas.

PARÉNTESIS

A pesar de la pandemia del Covid-19, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), informó que continuarán con el Censo de Población y Vivienda 2020, pero acatando las recomendaciones establecidas por la Secretaría de Salud. Ante la última semana del Censo, el INEGI  ahora prohíbe al personal entrevistador tener contacto físico con las personas entrevistadas, además de que deberán mantener una distancia de al menos 1.5 metros respecto de la persona a la que responsa al cuestionario.