Elogio de la prensa escrita

A propósito del aniversario 64 de Diario Presente

A propósito del aniversario 64 de Diario Presente, uno de los pocos periódicos tabasqueños que los lectores todavía pueden consultar en formato impreso y que, lejos de claudicar ante la amenaza de la oronda sombra de la extinción, ha fortalecido su estrategia editorial, me permito plantear algunas reflexiones acerca del rol que tiene el periodismo en nuestros días.

Desafiante para el ejercicio periodístico es la apropiación de nuevos contenidos y formas, a partir del uso de las herramientas tecnológicas.

El auge del mundo virtual ha dictado a los medios de comunicación diferentes rutas para investigar, obtener, verificar y presentar información. El error más común de muchos medios impresos es pretender cumplir la misma función en formatos totalmente distintos. Insertan en recursos digitales las estructuras clásicas o convencionales del periodismo.

Lo impreso y lo digital no son lo mismo, y ni debieran competir, sino complementarse. Recordemos que en el mundo de Internet reina la instantaneidad y, por lo tanto, la propensión al rumor con apariencia de información, a la noticia no verificada, al caos. Resulta inverosímil pensar que con estas condiciones la prensa escrita esté condenada a desaparecer, cuando se encuentra soportada por dos pilares: el respeto a los géneros periodísticos y la confianza de saber que todavía hay profesionales que actúan con sentido ético.

Hace algunos meses, Raúl Trejo Delarbre, investigador adscrito al Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y profuso estudioso de los medios de comunicación en México, publicó el libro “Adiós a los medios”, en el que aborda la gran transformación cultural y política de nuestra época, observable en las nuevas dinámicas de divulgación de mensajes y contenidos. El tema también ha sido objeto de interés de dos periodistas españoles: Ignacio Ramonet y Alex Grijelmo.

En la presentación del libro, Delarbre incluye un párrafo que tiene tintes de lapidario para la prensa escrita:

“Quizá no nos damos cuenta, pero desde hace rato comenzamos a decir adiós a los medios tal y como los habíamos conocido. El empleo intensivo de pantallas durante la pandemia, la diversificación de opciones para difundir y consumir contenidos de toda índole, así como la ampliación del espacio público en donde medios convencionales y digitales —y nosotros con ellos— intercambian mensajes todo el tiempo, han consolidado un sistema de comunicación en el cual los grandes medios están acotados por variados espacios digitales y los individuos somos espectadores, pero también actores —y cuando queremos, además, autores de nuestros propios contenidos—”.

Aun cuando las líneas anteriores trazan una realidad que a todos nos resulta común, hay medios de comunicación —como el caso de Diario Presente— para los cuales el ejercicio convencional del periodismo desplegado durante décadas no pierde centralidad, por el contrario, continúa siendo un signo identitario que con el paso del tiempo puede llegar a traducirse en valioso patrimonio para los lectores. La idea no es que un formato sustituya al otro —lo digital por el papel, o viceversa—, sino que las transformaciones hagan confluir las alternativas de consulta de la información, sin anular la riqueza de lo impreso por todas las sensaciones que provoca.

Ante la inminente reconfiguración del sistema comunicacional prefiero, proporciones guardadas, la añosa práctica de deliberar en una mesa de redacción la agenda de cada edición, definir la estructura informativa, discutir la política editorial y la preeminencia de las notas que merecen primera plana, tareas que tanta agudeza intelectual demandan para ser cumplidas a cabalidad. Dudo mucho que el mundo virtual abra las ventanas a experiencias similares. Es en la prensa escrita donde la integridad y la veracidad de la información todavía pueden hallar fácil cabida para hacernos soñar en que un mejor periodismo es posible.

La Roca

Thomas S. Eliot nos recuerda en su poema “La Roca” (1934) el dilema al que nos enfrentamos si se mantiene la tendencia de que lo digital prevalezca, con todo el vicioso manejo de la información del que ya hablamos: “¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento? ¿Dónde el conocimiento que hemos perdido en información?”.

¡Felicidades a Diario Presente!