En juego, nomás el futuro de México

En juego, nomás el futuro de México

En la línea de salida, la realidad o más bien la fotografía del momento nos dice que a un año de la elección, AMLO y su Morena llevan delantera porque ha “sabido” aprovechar los océanos de la ley electoral.

El PRI muestra una clara aunque nunca definitiva desventaja, porque es gobierno y todas las críticas caen y caerán sobre ellos. La baja popularidad y desgaste de la figura presidencial tiene hasta tópicos peligrosos, que siendo extremistas implicarían un asunto de Seguridad Nacional.

PRD Y PAN (y quienes se suban al frente) en la foto hoy salen como los protagonistas del momento político – electoral, y se encuentran en la línea que propicia la oportunidad de unir fuerzas para acopiar a todos los electores antipriistas y antilopezobradoristas. En síntesis en la línea que los conduzca hacia los pinos.

El gran reto o disyuntiva se debe centrar primordialmente en cómo vender a la ciudadanía un producto creíble, producto que en los chequeos de calidad, interna y externamente está teniendo opiniones contrapuestas, lo que redundamos, tendrá efectos para cuando se inserte en el mercado electoral. De no mostrar calidad, utilidad, nivel de satisfacción y una ponderación justa en torno al costo-beneficio, la mezcla podría resultar un desastre.

En la conformación del Frente, las posiciones son diversas: las hay en el sentido de que es trascendental definir la postura político – electoral antes de fusionarse con otros; las hay en cuanto a que es menester primero fijar y definir la identidad partidista: las hay en el sentido de que se debe definir quién es el enemigo a vencer; las hay que buscan acotar el Presidencialismo mexicano: las hay en el entendido de que se debe renunciar a la agenda progresista para que puedan converger las ideologías; las hay que propugnan actuar y crear de acuerdo a las nuevas circunstancias político-económica-cultural del país; las hay como parte de la identificación clara de que la “corrupción” que encarna el PRI, y el “autoritarismo mesiánico” de AMLO son lo peor que pudiera pasar a este país.

La mezcla químicamente es imposible, por ello se debe afianzar como idea más al paralelismo, donde con la misma fuerza, empatía, lealtad y patriotismo se camine hacia un programa que detone o tope en ambos lados con la instauración de un régimen posible, que dinamite políticas publicas cargadas de justicia, que erradique la impunidad y la corrupción, que garanticen seguridad física y alimentaria, desarrollo integral humano y económico, fortalecimiento de Estado y total acceso y transparencia al manejo del patrimonio colectivo, ese esfuerzo requiere inteligencia, y como bien lo definía Graco Ramírez la AMPLITUD es y debe ser el acento del Frente, de los trabajos, de los acuerdos, de los amarres, no olvidando que está en juego, nomás el futuro de México.

En mi Punto de Vista, si se logra un frente con lineamientos claros y un acuerdo con bases sólidas que permitan credibilidad y confianza entre las partes y no el agandalle de Acción nacional que hacen alianza y luego desplazan a sus aliados, podremos ver en el tablero electoral una opción atractiva y rentable; de no cuajar un producto con estas características PAN y PRD pueden incluso repetir el 3ero y 4to lugar del EDOMEX.