CÁBALA: ERA MERINO

Por lo que no es sorpresa que un gobernador emergente como Carlos Manuel Merino Campos

En “El estilo personal de gobernar”, Daniel Cossío Villegas formuló la hipótesis del ejercicio del poder basado en las características  de quien concentra y ejerce la gobernanza, más allá de las condiciones estructurales del sistema político.

La teoría pues, de que las personalidades importan mucho a la hora de gobernar sigue vigente en la 4T. Y no se trata de comparar ejercicio sino de analizar el comportamiento de la élite del poder, como diría Wilfredo Paretto, lejos de la inercia social y más cerca del ejercicio político.

Estilos, contenidos y diferencias, son frecuentes en el trópico. En su momento, lo vivió Manuel Gurría Ordoñez, por lo que no es sorpresa que un gobernador emergente como Carlos Manuel Merino Campos, después de dos años de ejercicio, marque su estilo y de margen a la “era Merino”, a 14 meses de dejar la silla de plaza de armas.

El argumento es válido como discusión interna: el déficit en el sistema de pensiones y jubilaciones del Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco (ISSET).

Aclarando que no es una bomba de tiempo ante lo que consideró un “lapsus” del titular del organismo, Merino  Campos, atajó no solo una crisis de fin de sexenio - como la vivida por Arturo Núñez en 2018-  sino estaría acelerando la posibilidad de un ajuste en su gabinete para el último tramo rumbo al 2024.

Tomando en cuenta pues que el tema sobre la ley del ISSET en Tabasco, no es nuevo por ser un articulado con más de 60 años de antigüedad sostenido por alfileres durante el gobierno de Roberto Madrazo (1994-2000) y desdeñado por la administración de Manuel Andrade Díaz (2001-2006) es de destacar que las últimas seis administraciones en la entidad hicieron caso omiso a las recomendaciones realizadas en materia de cuotas y aportaciones.

Torear la subsistencia del ISSET, fue frecuente hasta que colapsó en el último año de gobierno de Arturo Núñez, desde entonces sí, sostenida por alfileres, pero “activa”.

“La Bomba de tiempo” proclamada, no podría tener otra lectura que  preparar el camino para una “renuncia anunciada” del titular del organismo de cara al proceso electoral del 2024.

Estos ajustes tienen desde luego fecha fatal: Seis de septiembre, día que cierra el ciclo la designación del Coordinador Nacional de Comités para la Defensa de la 4T.

El ejercicio guinda para la designación de su “Gran Tlatoani” trae movimientos colaterales, no solo en Tabasco, sino en todo el país, particularmente en los 9 estados que acompañaran la elección presidencial del próximo año.

No tendría de esa manera el gobernador de Tabasco que espera el fin del año fiscal, para acomodar el equipo que le acompañará en el último tramo de la transformación en el trópico.

Un gabinete con sello propio, más administrativo que electoral, también es una característica de los gobernantes que van de salida.

Huele pues a enroques, renuncias y ajustes.

Veremos.

Kybalión.- Los daños colaterales y ciclos también tienen fecha de vencimientos en partidos políticos.

Caso específico del PVEM Tabasco. En un tiempo fue Pascual Bellizia, la era Patricio Bosh también cumplió su ciclo en el PVEM.

En términos reales la franquicia “verde” ha mutado en Tabasco conforme a los intereses de los partidos que requieren de un proceso de contención externo, en cada elección “potencialmente” difícil que enfrentan.

La actual franquicia lleva desde 2012 repitiendo “candidatos” municipales, lo que conlleva un desgaste natural ante la escasez de rostros frescos que impulsen el crecimiento electoral de los ecologistas.

No es de sorprenderse pues, que la era “Velez” esté a punto de llegar a su fin.

Lo sorprendente, será el relevo, con efectos desde Chiapas.