Escala Crítica

Información, opinión y cultura ciudadana: contra la infodemia y contra el silencio

* Ojos ciudadanos en el espacio digital: confiar y desconfiar

* Escenario social vigente: vituperar o idealizar, no analizar y seleccionar

* La otra pandemia y datos verificados: control político y más dilemas    

Víctor M. Sámano Labastida   

MIENTRAS la coyuntura política se agrava por la tensión entre poderes institucionales, vale la pena insistir en fortalecer la cultura ciudadana en la era tecnológica. Razón: no existe una pedagogía para el uso de los espacios virtuales de información. Tiempos de vértigo requieren análisis y reflexión ciudadana para actuar. La mirada ciudadana, con datos, puede visualizar soluciones impensables con camiseta partidista.       

OJOS CIUDADANOS Y REALIDAD

ANALISTAS de la llamada comentocracia no confían en los ojos ciudadanos para ‘leer’ la realidad. Me comenta un lector que José Antonio Crespo, de filias panistas, declaró que “el país está perdido”, si son ciertos los números de una encuesta (El Universal, mayo 22) que otorga 65% de aprobación al Presidente López Obrador y 68% que quiere mayoría legislativa para el Presidente/a en 2024. Crespo –señala mi interlocutor- desdeña esos datos y pierde enfoque ciudadano.     

La fascinación tecnológica del usuario es riesgo de infodemia (término que se popularizó derivado de la pandemia del COVID-19 y la abundancia de información no verificada). Más, si en política el rumor y las noticias falsas dominan el espacio virtual. Por ello, debe insistirse en el uso cualitativo de la tecnología, aunque los usuarios tengan prisa (con los medios impresos tenemos la ventaja del ritmo y el tiempo).

Len Masterman, experto estadounidense en medios, ofrece una visión extrema de la infodemia: “Los medios de comunicación son en realidad algo así como una especie de enfermedad contra la que es preciso proteger a los niños. Lo que los medios infectan es la cultura en conjunto. La cultura está contaminada por las motivaciones de los anuncios publicitarios, su manipulación y explotación de la audiencia, su corrupción del lenguaje y su oferta de satisfacciones fáciles y bajas”. Aquí lo que falta es la posibilidad del usuario para discriminar información. No se debe -en este siglo XXI- perseverar en la idea de audiencias pasivas, que son impactadas sin remedio por la información mediática. El ciudadano pasivo/hipnotizado es lo que anhela el poder autoritario.  Lectores y públicos críticos son necesarios.

INFODEMIA VS CRITERIO SELECTIVO  

LA OTRA cara de la moneda: analistas que ven a los medios y la tecnología digital como solución mágica a los problemas. Antoine Vallet, sociólogo francés, quema incienso y procede a la idealización: “El Lenguaje Total es un hecho, una realidad. El hombre actual, gracias a los medios de comunicación de masas, dispone no solamente del lenguaje de las palabras para poder expresarse y comunicarse, sino de otro mucho más rico y mucho más complejo, el lenguaje de las palabras, de los sonidos y de la imagen. Lo que verdaderamente se impone, como fundamento de toda acción educativa, lo que la ilumina y guía, es la conciencia previa de este hecho”. Este mundo mediático del Mago de Oz no es el que habitamos.

El siglo XX vivió una metamorfosis cultural de igualación ciudadana, a través de las tecnologías de comunicación, con tres efectos positivos que planteó Umberto Eco: La amplia posibilidad de acceso a los bienes culturales.

1)        La superación de estratos culturales claramente diferenciados. Es decir: entre individuos de distinta clase social (poder adquisitivo, estatus económico) los niveles culturales se han emparejado.

2)        La reproductibilidad en gran escala de mercancías, objetos y productos, y el abaratamiento de los precios en beneficio de los que menos tienen.

En el siglo XXI, para fortalecer la cultura ciudadana, no basta el acceso igualitario: tienen que desarrollarse nuevas formas de lectura de medios y datos. De la oferta cuantitativa tiene que pasarse a la reflexión cualitativa. Ésa es la idea a meditar cuando aquí se menciona una pedagogía para el uso de los espacios virtuales de información. Cultura ciudadana en la era digital.

Mientras eso no se fomente desde diversas trincheras (periodismo, universidades, partidos políticos), los analistas tendrán justificación argumentativa cuando insinúen que los usuarios/ciudadanos no están listos para ejercer un criterio razonado y selectivo ante la información virtual. 

ESCENARIO PARA TODOS

PENSAR como ciudadanos los medios y las tecnologías virtuales significa repensar.  Kathleen Tyner, pedagoga inglesa, plantea: “Estamos en una época de conmociones tecnológicas que ponen en cuestión la relación entre alfabetización virtual y sociedad, quizá similar a la introducción de la imprenta. Como estamos en medio de cambios tumultuosos, nadie comprende enteramente lo que nos está sucediendo. Los profesores de medios pueden hacer mucho para explicar la relación entre alfabetización virtual, tecnología y sociedad, y así determinar el rumbo de la educación en el siglo XXI”. Habrá que ayudar a los profesores. Periodistas, actores políticos y sociales, con el uso responsable de información, estimularán la formación ciudadana y el manejo reflexivo del espacio virtual. Objetivo: Frenar la infodemia y sus efectos perversos en el cuerpo social. 

Por otra parte, la circulación de datos es requisito democrático. La información contrastada no debe cancelarse. Secuestrar datos veraces le hace daño al país. Elías Canetti escribió: “El saber tiende a manifestarse. Guardado en secreto tiene que vengarse necesariamente”. La cultura ciudadana no es cultura de silencios. Y la política necesita airearse, exponerse al debate y a la razón.

 (vmsamano@yahoo.com.mx)