ESCALA CRÍTICA

Prisa y obstáculos, una tarea compleja frente a las necesidades y rezagos

* Debe AMLO cuidarse de sus adversarios… y de sus aliados

* Mafias del huachicol, no sólo en la ordeña de las gasolinas

* No basta la honestidad de un individuo; normas obligadas

    Víctor M. Sámano Labastida

UNA FRASE fuera de contexto basta para cambiar el sentido de la afirmación. Dijo López Obrador: “Vamos a echar a andar el gobierno a más tardar en seis meses, va a estar funcionando todo el gobierno, con todos estos programas”. El mensaje recogido por sus adversarios y por sus críticos fue distinto: “hasta dentro de seis meses estará funcionando el gobierno”. Aunque AMLO se refirió específicamente a todos los programas sociales, lo dicho sirvió para tratar de hacer creer que el gobierno aún no estaba funcionando.

Y no es así. Ha sido tal la actividad que muchas decisiones las tuvieron que corregir sobre la marcha.

En efecto, luego de 50 días de gestión, se perfila un problema propio de Morena –como partido en el gobierno- y de AMLO, con o sin adversarios de por medio: la prisa por hacer 12 años en 6 representa minar la eficacia de la Cuarta Transformación al inicio del sexenio.

La curva de aprendizaje es factor clave, desde luego. Esa curva importa por 100 días y hasta un año de gobierno, lo que dura –según expertos- la luna de miel entre la ciudadanía y una nueva administración federal. La luna de miel puede seguir y la popularidad de AMLO crecer, pero la acumulación de acciones en corto tiempo hace tropezar la eficacia y el discurso que quiere comunicar el cambio. Reajustar es el nombre del juego.

Ya hemos hablado de los tres pies de la reingeniería del Estado que busca el nuevo gobierno: legitimidad, Estado de Derecho y construcción de consensos. Ahora lo invito a asomarnos a tres aspectos técnicos que, desde los datos que circulan, chocan con esa reingeniería: el diseño apresurado de cambios constitucionales, los instrumentos legales para implementar acciones y el manejo de los recursos gubernamentales.     

PARAFERNALIA INSTITUCIONAL Y GUARDIA NACIONAL

AMLO ha dicho fuerte que no le gusta la parafernalia del poder. El poder como oropel, adulación y protocolos, sin vista a la ciudadanía, no tiene sentido. Pero una parte de esa parafernalia pasa por el texto constitucional, con cambios esenciales que rediseñan una nación y un proyecto de gobierno. Por ejemplo: la guardia nacional con jefatura mixta, aunque con mando militar único y autónomo. Complejo: en lo operativo un mando militar, en lo administrativo tendrá mando civil. Expertos en derechos humanos advierten que en América Latina (en países donde se ha tomado una decisión similar) esa estrategia de sacar al ejército a las calles no ha funcionado y se ha incrementado la violación a derechos humanos y garantías individuales. La guardia nacional que busca la 4T tiene un componente juvenil importante y AMLO sostiene que “el ejército es pueblo uniformado”. La aguerrida legisladora Tatiana Clouthier, motor comunicativo de Morena, se abstuvo en la votación; otras voces serias y documentadas insisten en el ingrediente civil. Una respuesta que nada ayuda fue descalificar la crítica. El cambio comienza con escuchar los argumentos y razones del que disiente. Reflexionar no es sinónimo de adversidad.

Con la revisión en el senado, algo puede cambiar. Mientras tanto, véase lo  planteado por Ernesto López Portillo: “Si sigue como va, América Latina va a pasar de 15 homicidios por cada mil habitantes en 2020, a 40 en 2030. Ninguna otra región del mundo tiene este nivel de violencia (…) Si quieres luchar contra la corrupción y la impunidad, tienes que profesionalizar los cuerpos policiales y el aparato de justicia, y darles independencia real del poder político. En México, el poder político ha utilizado al aparato de justicia. Una policía no profesional es manipulada políticamente.” Justo lo que no debe hacer la 4T. He ahí el dilema de los mandos en la guardia nacional.

INSTRUMENTOS FLACOS Y OSCURIDADES GORDAS

EN LA VORÁGINE de las acciones, por necesidad y estilo, el gobierno de la 4T y AMLO se han dado cuenta que no tienen instrumentos legales suficientes para enfrentar los problemas y, en el corto plazo, poner orden en la República. Hay una lista de 435 detenidos por huachicoleo, ya libres porque no es delito grave. Se requiere (parafernalia institucional) incrementar la pena. Por otra parte, la lucha contra las mafias huachicoleras requiere una revisión fiscal que está en chino. ¿Por qué? Por la opacidad y lagunas de las declaraciones hacendarias de empresas (doble contabilidad) que se permitieron con otros gobiernos. Ahora también se busca que la falsificación de facturas resulte punible penalmente. No se tiene el instrumento, hay que crearlo.

La honestidad, se insiste, es la clave. Pero no ocurre por ósmosis y es más fácil contagiar las malas prácticas (en estas ven su oportunidad quienes se suben al tren de Morena por intereses personales). Organizaciones civiles piden información por la adquisición de 570 pipas compradas de urgencia (al final fueron 671). Necesaria para cubrir el desabasto de gasolina en varios estados por cierre de ductos. Se comprende, pero…El manejo de recursos públicos no puede depender de la honestidad declarada. México le cree a AMLO (entre 83 y 90% de aprobación reciente), pero se necesita traducir en norma para todos.

Muchos son los rezagos, demasiados los agazapados que esperan darle un manotazo de garra al gobierno…o al presupuesto. Demasiados flancos por cubrir.

AL MARGEN

LOS TIEMPOS corren de prisa. Luego de la primera reunión plenaria del gabinete de Adán Augusto López Hernández ya hay fecha para instalar el Copladet con los alcaldes. Un requisito obligado.

 (vmsamano@yahoo.com.mx)