OPINIÓN

ESCALA CRÍTICA

Escala Crítica
31/07/2025

Caso Bermúdez: una oportunidad de ir a fondo; los viejos pactos de impunidad rebasados

*El factor externo determinante para recuperar instituciones

*La infiltración del crimen en el gobierno riesgo a la soberanía

*Harfuch: combatir a las bandas ante el riesgo del intervencionismo

TABASCO SE CONVIRTIÓ en el epicentro de un sismo político nacional, con aristas internacionales. La presidenta Claudia Sheinbaum, visitó el estado en momento en que el debate transcurría en torno a la relación del crimen organizado y sus protectores políticos, en lo que se considera como infiltración de las bandas del narcotráfico en las instituciones (y otros tráficos ilícitos). Ya no es la presencia de la delincuencia tradicional –corrupción, tráfico de influencias, saqueo de recursos-, sino algo más grave.

Frente a esta complicada situación, el gobierno federal de la doctora Sheinbaum y el estatal encabezado por Javier May Rodríguez, decidieron actuar en el frente policiaco a sabiendas de sus implicaciones políticas.

EVITAR UN ESTADO FALLIDO

COMO LE HEMOS COMENTADO, se vive una etapa en la que la seguridad pública dio el salto a ser un tema de seguridad nacional: si el Estado no se impone a la delincuencia organizada, ésta tomará abiertamente el poder público. La consecuencia sería catastrófica: desaparición del Estado soberano, pérdida de la soberanía y sometimiento de la población a la violencia criminal. Hay ejemplos como el de Haití, Sudán, Yemen, Somalia.

Parecería politiquería o palabrería, como sostienen los que están convencidos de que después del escándalo en los medios “todo volverá a la normalidad”. Y esa normalidad a la que se refieren son los viejos pactos. Esa complicidad que mantuvo al llamado “sistema mexicano” con el pretexto de garantizar la estabilidad: unos a otros se perdonan los pecados, sus delitos, sus excesos, sin considerar al pueblo víctima de atropellos.

Hay varias señales de que estamos viviendo un proceso distinto. Los pactos locales, estatales y nacionales entre la vieja clase política y empresarial han sido rebasados tanto por un nuevo reacomodo de los ciudadanos como por un factor externo. Sobre todo esto último: la necesidad de Donald Trump de encontrar fuera de su país a quien echarle la culpa de la crisis del imperio. Como ya se sabe: la debilidad mexicana –por el crimen organizado y la corrupción- favorece a las presiones de Estados Unidos. Resulta lógico que tanto por convicción como por necesidad de fortalecer la soberanía, la presidenta Sheinbaum está rompiendo la costosa “normalidad” del antiguo régimen.

EL CORAZÓN Y LA BOMBA

EN UN ESCALA anterior me referí a una arriesgada metáfora utilizada por Raymundo Riva Palacio en la que se refiere al golpe que se daría al “corazón de la cuatroté” (7/7/2025, El Universal ¿Y si la bomba no la trae Ovidio?), para referirse a la presunta relación entre narcotraficantes y políticos y la impunidad de la que gozan según el columnista.

En ese texto, la idea central son las conexiones entre narcotráfico y políticos que pudieran destapar los testimonios de Ismael El Mayo Zambada y los hermanos Ovidio y Joaquín Guzmán, los tres en tratos con la justicia estadounidense, a la espera de juicio o en calidad de testigos protegidos. Otro es el caso investigado por las propias autoridades mexicanas en torno a Hernán Bermúdez Requena, ex jefe policiaco en Tabasco.

Hay dichos sin pruebas y un sorprendente salto argumentativo: que Genaro García Luna “es un peligro mayor”, porque “si habla, tiene en sus manos dos activos que ningún criminal tenía: documentación y grabaciones”.

El pequeño detalle es que García Luna, exsecretario de Seguridad en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) y sentenciado a 38 años de cárcel, pudo hablar antes, presentar “documentación y grabaciones” para pactar con la justicia estadounidense como testigo protegido, y no ser sentenciado. ¿Por qué no lo hizo antes, García Luna?, o más bien ¿por qué no pudo o no quiso hacerlo? Si tuviera pruebas contundentes, es inexplicable que no las utilizara para eludir su sentencia. Terminará sus días en la cárcel.

Riva Palacio ensaya un final con metáfora, adivinando la sed de justicia (¡contra la impunidad!) del sentenciado García Luna, “si llega a un acuerdo con los fiscales y dispara al corazón de la cuatroté”.

En este proceso surgió, como una sacudida pero a iniciativa mexicana, la investigación contra Bermúdez Requena que tendrá muchas ramificaciones. El gobierno de Sheinbaum busca enviar un mensaje claro: no habrá impunidad. Es tarea de Omar García Harfuch.

 (vmsamano@hotmail.com)





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