ESTADOS UNIDOS, NACIMIENTO Y CRECIMIENTO

Tanto el Canadá inglés como los Estados Unidos, nacieron y crecieron gracias a la indolencia de españoles y franceses

Tanto el Canadá inglés como los Estados Unidos, nacieron y crecieron gracias a la indolencia de españoles y franceses. En el caso de Canadá, originalmente colonia francesa, Luis IV, para que Inglaterra reconociera la imposición de su nieto Felipe de Anjou como Rey de España, instaurando la dinastía de los borbones, permitió  que los ingleses entraran en la nórdica Bahía de Hudson con una compañía que nombraron de la Bahía de Hudson, y se hincharon como el sapo y se apropiaron de ese inmenso territorio.

Juan Ponce de León exploró en 1498  la costa este de los actuales Estados Unidos y le impuso el nombre de Florida, por haber hecho esto en la Pascua Florida. En 1523 Lucas Vázquez de Ayllón funda San Miguel de Guadalupe  en las costas del actual Estado de Virginia y el 28 de agosto de 1565 Pedro Menéndez funda San Agustín, población que subsiste hasta la fecha conservando sus rasgos hispanos.

Y ante la indolencia hispana, en 1607 llegan comerciantes ingleses  y fundan Jamestown, cerca de San Miguel, estableciendo la primera colonia  inglesa.

Y le siguieron  en 1630 puritanos fundamentalistas que fundan Boston en lo que sería la colonia de la Bahía de Massachusetts, holandeses se establecen en lo que más tarde sería el Estado de New York, suecos fundan Delaware, y católicos fundan Maryland (la tierra de María).

Y así llegamos a 1776 con 13 colonias prósperas  bajo control inglés, con nueve universidades con todos los adelantos científicos y tecnológicos de la época, industriales en el norte, comerciantes en el centro y agricultores esclavistas en el sur.

Y de diferentes orígenes, costumbres y actividades, fundan como una federación los Estados Unidos de América Massachusetts, Rhode Island, New Hampshire, Connecticut, New York, Pensilvania, New Jersey, Delaware, Maryland, Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur, y Georgia.

Y naciendo apenas, estas trece colonias costeras, piensan y se lanzan a la expansión, y logran que se le unan en el norte Maine y Vermont, y quieren avanzar pero entran en conflicto con los ingleses que los frenan. Entonces voltean sus ojos al sur.

Y como una lotería, la suerte, una y otra vez, beneficiaron a la naciente nación. España regala a Francia la Luisiana, un inmenso territorio de dos millones ciento cuarenta y cuatro mil kilómetros cuadrados, que formaliza en 1800 con  los Tratados de San Ildefonso, y Napoleón vende este enorme país a los Estados Unidos en 1803 en quince millones de dólares, lo que permite  a las trece colonias costeras lanzarse hasta medio continente.

Pero aún hay más. Alexander Von Humboldt, al que la Academia Francesa llamó “el nuevo Aristóteles”, vivió en México haciendo estudios, proyecciones y planos. De regreso a Alemania, pasó a Estados Unidos y fue huésped de la Casa Blanca en 1804, donde entregó  estudios y planos para que les sacaran una copia.

Examinando uno de estos planos con el presidente de los EEUU Thomas Jefferson, este tomó una regla y con una pluma marcó una recta de la desembocadura del rio Bravo a Mazatlán, sentenciando “esta será nuestra frontera”.

Pero hay mucho que platicar sobre el soberbio llamado “destino manifiesto”.