Día de la independencia

EN LA COLONIA donde vivo los vecinos del andador organizaban hace más de veinte años

EN LA COLONIA donde vivo los vecinos del andador organizaban hace más de veinte años (ahora ya no) la noche mexicana. Desde días antes un comité visitaba todas las casas (alrededor de 50) para informar sobre la realización de dicho evento, y la cooperación para los arreglos y la música. Y cada familia aportaría algún antojito típico: tostadas, chiles en nogada, tacos, flautas, carnitas, salsas que pican, las que medio pican y las que no pican, como dice la cómica india Yuridia. Y claro que se designaba a la persona de mayor edad para dar el grito. Se le pasaba la hojita con el texto. Doña Gladys fue una de ellas. Y el MVZ Armando Pedrero en otra ocasión.

EL 2019 FUE MI ÚLTIMO año como activo. Y en la organización del evento cívico fui invitado para dar el Grito. Y efectivamente yo era el de mayor edad. Me agradó. Sería la primera vez que en mi vida lo daría. Así que lo ensayé bien. Y con la mayor fuerza de mi voz pronuncié los nombres del ritual, sin apartarme un ápice. Los alumnos y los maestros se sorprendieron de la vehemencia y enjundia de mi llamado en el Grito. Quizá no lo habían visto así en los anteriores. Lo hice con gusto y pasión por mi país.

ALGO DE MEMORIA sobre esta fecha del 15 y 16 de septiembre. La escuela primaria y la secundaria. En los homenajes cívicos veíamos pasar en los programas poemas alusivos a los niños héroes, y a los héroes de la independencia; algunas representaciones. Y sin faltar el discurso del director de la escuela con mensajes que quedaban muy lejos de nuestra comprensión. Por supuesto esos niveles educativos son formativos. Nos quedan las imágenes idílicas de un cura calvo enarbolando una bandera con la imagen de la virgen de Guadalupe, o rompiendo unas cadenas. Una Josefa Ortíz, esposa del Corregidor. Un Ignacio Allende. Un niño, El Pípila, que encendió la puerta de la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato. Pero a Hidalgo, por ser iniciador del Movimiento de Independencia, le quedó junto a su nombre el complemento de El Padre de la Patria.

YA EN LA NORMAL, nos instruyeron para visionar que en las escuelas donde trabajaríamos, estaríamos al frente de la organización de los homenajes cívicos en las escuelas. Y más que la mayoría íbamos a trabajar en el medio rural, y en escuelas chicas, las llamadas unitarias, bi o tridocentes. Entonces la currícula del programa de estudios de las normales comprendía las materias de Teatro, Danza folklórica y música. Además de las materias como Español, Matemáticas, Ciencias Sociales y Naturales, pero sobre todo la didáctica de ellas, en el cómo enseñar. Pero para el tema de los homenajes, las materias que menciono al inicio de este apartado, son fundamentales. Además a los niños les encantan este tipo de actividades. Como que son el motivo de su llegada a la escuela en el día a día.

ES TRADICIÓN FAMILIAR la noche mexicana. Y no solo en el país. Sino de los mexicanos en general, donde se encuentren. Aquí en Tabasco, uno de los organizadores durante muchos años fue el Dr. Guillermo Morelos García, oftalmólogo. En su casa invitaba a decenas de amigos, principalmente de izquierda, a conmemorar el grito. Entre platillos de la cocina mexicana, canciones, lectura de poemas y representaciones, era grata la velada cívica. Ya he dicho que fue un ciudadano ejemplar, el Dr. Morelos. Lo reitero. De los que lucharon toda la vida. De los imprescindibles, dice la canción de Silvio con cita de Bertolt Brecht. Se extrañan esas reuniones.

HOY EN LA MAÑANA vi varios videos donde los niños representan en familia el Grito de Dolores. De acuerdo a las posibilidades, pero con mucha imaginación y creatividad, cada familia cumplió con la tarea. En tareas del año antepasado vi a Leonardo, hijo de la Lic. Conchi Sánchez Moscoso, vistosamente ataviado, dar el Grito con mucha entrega y dinamismo. Con enjundia, es la palabra. Y vi otra familia donde igual bien representados los héroes, el padre de familia toca una olla de peltre, a semejanza de la campana de Dolores. Y ya no de tarea, pero como ejemplo de la tradición en las familias, vi uno de Jalpa de Méndez, donde mi finado amigo el Profr. Jorge Castillo Hernández, da el Grito, acompañado de muchos niños; esta representación como parte de los convivios de las familias mexicanas. Y está donde el niño del grito dice "qué Viva tu jefa Ortiz", en lugar de Josefa Ortiz. ¿Y ahora qué digo?, pregunta. Y el maestro le responde: di Viva México tres veces. Y el niño: "¡Viva México tres veces!" (texto completo en la página de Facebok antonio.solis.33)