La lucha por los espacios públicos: contra la Gentrificación.
12/07/2025
Lo que ha sido llamado Gentrificación es en el fondo la lucha contra la privatización de los espacios públicos urbanos
Lo que ha sido llamado Gentrificación es en el fondo la lucha contra la privatización de los espacios públicos urbanos. Es una lógica de despojo y de desplazamiento de las sociedades locales. Por supuesto que privatizar un espacio público quiere decir desaparecer un espacio público. Y un espacio público es el sentido de toda la idea de ciudad, de una urbe y por lo tanto, incluso de urbanidad, es decir, de la forma de relacionarse entre las personas. Al desaparecer los espacios públicos, ahora no solamente como una destrucción de las condiciones de equidad para participar en la vida pública según su sentido político, sino incluso físicamente, regresando a las condiciones feudales europeas o semifeudales de los regímenes de las haciendas mexicanas, donde recordemos, por ejemplo, que los llamados indios no tenían derecho a entrar a la Alameda Central de México, o que ciudades tropicales como Villahermosa no tuvieran portales para que no hubiera gente “suelta” en sus calles, es regresar justamente a ese tipo de condiciones sociales (para Yanis Varoufakis eso es justamente lo que pasa en el espacio digital definiendo a la sociedad como sometida al Tecnofeudalismo).
Queda entonces, en este sentido de “espacio público”, por ejemplo, su delimitación a los meros espacios virtuales, que siendo las redes sociales empresas privadas de individuos específicos sin ninguna forma de reglamentación pública o control democrático y manipuladas por los llamados algoritmos, espacios muy reducidos, manipulados y frágiles.
Para Jürgen Habermas los espacios públicos son lugares donde las personas se comportan como “cuerpo público”, es decir donde no sólo expresan sus opiniones, necesidades y acciones individuales, sino éstas en relación y comunicación con las otras personas, donde se cumple lo que Carlos Lenkersdorf e Immanuel Levinas describían como el actuar y hablar teniendo en consideración al otro en la propia concepción y enunciación o acción de las ideas y las prácticas (lo contrario al narcisismo y la psicopatía). Pero también es para Habermas el espacio para la acción espontánea de los ciudadanos sin la mediación o constricción del Estado. Retomando este sentido, podríamos decir que los regímenes políticos pueden hoy día dividirse entre los democráticos como aquellos que velan y garantizan lo público de los espacios, y aquellos que los ocupan e instrumentalizan totalmente como China, Unión Soviética, etc., y los que garantizan su privatización y control por las grandes corporaciones de acuerdo con el mandato neoliberal. Es decir, se trata de espacios libres y al mismo tiempo de constitución -tienen todo que ver también con la calidad del “tiempo libre o de ocio” en contra de las sociedades fábrica y de consumismo total- y conciencia de las colectividades y de coexistencia de las diversidades, o de control e instrumentalización política o económica centralizada. En un régimen liberal ideal se supondría que habría una competencia entre los actores económicos, pero la realidad es que la tendencia a la concentración y la monopolización terminan imponiéndose.
Luego entonces, como espacios de acción y actividades de los ciudadanos, la calidad de los espacios públicos determina la forma en que estos se relacionan entre sí, se desarrollan y comunican. No es extraño entonces que bajo el neoliberalismo y la gentrificación triunfantes esté avanzando a niveles reconocidos la epidemia de la soledad, que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud produce 871 mil muertes anuales en un mundo donde una de cada 6 personas se siente sola: la vida virtual (relación social a través de medios e informática) no resulta suficiente para contrarrestar la carencia de cercanía social que se relaciona directamente de “hacer vida en común”, “hacer vida pública”, que dependen totalmente de la existencia y calidad de la vida pública. A alguien le escuché decir acertadamente: “no hay peor lugar para estar solo que un Centro Comercial”.
Por eso hoy en México, en Tepoztlán tanto como en la colonia Roma, en Todos los Santos, Baja California, en Cozumel, en Tepic, en Aguascalientes, en Guadalajara y en Villahermosa, se está repitiendo el mismo fenómeno: movimientos sociales espontáneos de resistencia civil contra obras de privatización o destrucción de espacios públicos que son lo mismo naturales que espacios culturales, que implican el sentido profundo del concepto de ecología: tanto como conservación y desarrollo de espacios de vegetación, como espacios de habitación y vida social (Oikos: casa, espacio donde se vive. Por eso la economía debería ser la ciencia de la vida, pero fue transformada en pura crematística: ciencia de la riqueza). Y es necesario recordarle a los gobiernos locales de MORENA que en su declaración de principios se define como antineoliberal, o sea que su obligación es defender, crear y promover los espacios públicos: “la vida pública cada vez más pública”.
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