La situación es confusa, porque no teníamos costumbre

La situación es confusa, porque no teníamos costumbre

La entrega de la constancia de Mayoría a Adán Augusto López Hernández, le convierte en Gobernador Constitucional Electo de Tabasco. Con ello se inaugura una etapa en nuestro estado que se va a distinguir por la forma de ejercer la política ya que su partido, MORENA, ha ganado prácticamente todos los cargos de elección popular y solo le ha quedado a la oposición algunas diputaciones plurinominales, alguna que otra alcaldía y poco más. Es el poder absoluto que, aún con la separación legal de los poderes, ejercerá como cabeza visible Adán Augusto López que, afortunadamente, se ha distinguido hasta ahora por ser una persona incluyente y tolerante, lo que aleja el fantasma del aplastamiento del adversario. Su llamada, repetida, a la reconciliación nos da más certeza del futuro, y los que le conocemos sabemos que si alguien puede aterrizar esa hazaña de unir a los tabasqueños en un proyecto común, respetando la forma de pensar de cada quien, es el, López Hernández. Pero la situación es inédita. Cuando murió el dictador español, el general Francisco Franco, recuerdo que un intelectual independiente de la época, Julio Cerón, que se había enfrentado al fascismo de muy diferentes y comprometidas maneras, acuñó una frase de oro, que en sí misma contiene un concepto: “Con la muerte del dictador la situación es confusa, porque no teníamos costumbre”. Evidentemente Franco solo se murió una vez y era imposible buscar antecedentes que les guiarán en esas circunstancias. En Tabasco, con todo y “el carro completo” del que disfrutaron los priistas durante décadas nunca, nadie, había dispuesto de tanto poder. La oposición al PRI estaba tan acostumbrada a perder que ganar algo les descuadraba sus estrategias y ahora, con legítimo orgullo, los “morenos” se han puesto contentísimos porque al fin podrán poner en marcha su propio proyecto, sin necesidad de ceder nada toral en las negociaciones. La responsabilidad es tan grande como su capacidad para gobernar. Nos encontramos en un estado en una lamentable situación. El endeudamiento del gobierno de Tabasco, de las familias y las empresas no es igual para todos, que de gustos es de lo que más se ha escrito. Lo cierto es que la deuda está en manos de los bancos y todos esperamos que vuelva el dinero de bolsillo que se nos cayó cuando los banqueros, nos dijeron eso de ¡manos arriba, esto es un atraco! Es un buen momento para estar alegres. No sólo porque la esperanza ha vuelto a tierras chocas, sino porque ahora, aunque no tengamos bastantes motivos, tenemos suficientes excusas. La alegría es una finalidad y no se sabe bien por qué los pobres son menos recatados que los ricos para expresarla. Acaso sea porque por su puerta no suele pasar tan importante señora y cuando se decide a entrar la pasan antes por la cocina que por la cama. Las cosas empiezan a estar un poco menos peor y el terco enfermo de crisis crónica sonríe. Que nadie se pregunte cuánto dura la alegría en la casa del pobre porque es mejor no saberlo.