Por la Roma tejana

MIRO CIENTOS DE MIGRANTES con sus pesares. Voy al cruce de frontera de Miguel Alemán a Roma, Texas


ESPERO ESTOS DÍAS PARA VIAJAR. Me desplazo más de 1500 kilómetros. De Villahermosa a Matamoros. Cada año más viejo lo mismo que el auto, una Ford híbrida 2014. Con precauciones  se viaja: botiquín que incluye omeprazol y aspirinas Protec. Y unos cables para batería. Una espuma inflallantas en emergencia. Y cosillas así. Además huevo duro, papas con chorizo. Y unos dulces picantes para distraer al sueño.

LAS CARRETERAS HAN MEJORADO mucho. Un 80 por ciento de autopistas. Baños de carretera limpios por tarifa 5 pesos incluye papel. Ya conozco la ruta. Así que no hay sorpresas. Nos paramos a comer en un restaurante. Y descansamos. Cero accidentes. Sin novedad en el frente de batalla choferil. Escuchamos música. Platicamos hasta el cansancio. Y yo pienso que la vida es el viaje. Atento al camino. Hay un punto de llegada. Las casetas caras. Quizá porque son autopistas privadas. Y en el neoliberalismo todo se paga. El hombre es el lobo del hombre.

FIESTAS DECEMBRINAS. De familia. Posadas con piñata y pulque. Carnes rojas. Vegetales y frutas para veganos y ancianos. Nueces. Espantasuegras. E historias que se cuentan. Se incluyen las mismas de siempre y una que otra anécdota nueva. Qué formará parte de historias a la carta. "Acuérdate, Juan de aquella vez". "No me cuerdo bien. Pero creo que fue así". Y el hilo de las palabras empieza.

MANEJO DE DÍA ANTES a toda hora. Luego vino la violencia alrededor del 2010, antes y después. Dejé de viajar por carretera esos años. Hasta que me animé de nuevo. Y aquí sigo. El trayecto lo hago en dos partes. Punto medio Poza Rica de Hidalgo. Allí un hotelito punto medio. Ni tan ni muy. El descanso para no arriesgar en el manejo de noche. Y listo para el día siguiente.

"VAS A DONDE MISMO cada año", me dice alguien que va a muchos lados. "Sí". Y no agrego más. Para qué. Si los huesos de mi madre, padre, un hermano, dos cuñados, quedaron sepultados en mi Matamoros querido. Y me esperan la tibieza de hermanas, hermano y sobrinos. Y sin duda de algunos amigos y amigas. Qué casi ni nos vemos. O dejamos de vernos en años. Y la plática se da como si parece que fue ayer que nos vimos apenas.

PERO ADEMÁS, MIS MANOS tienen la memoria radicada de los primeros escarceos en esta parte de tierra, cachito terráqueo de mi corazón, y mis plantas de pie saben de las calles, aceras, parques qué caminaron y siguen caminando. Entre la Sandino y la Roberto Guerra, que es la misma avenida. El parque del laguito donde corrí a diario por algunos años. Y los acosos árboles, las casas abandonadas y los autos viejos americanos, son las imágenes que me gusta recordar y semejanzas con las imágenes del hoy.

EL CAFÉ SE ENFRÍA. Hay 10 grados en ambiente. Pasa el camión de la basura que solo requiere chófer. Tienen un sistema automático de descarga de los botes de basura. Servicio concesionario a empresa. Me espera un desayuno de huevo con machaca, con salsa picosilla, luego de terminar mi tarea matinal. Luego caminaré.

ESTA VEZ ANTES DE LLEGAR a Matamoros pasamos a visitar familiares en la industriosa Monterrey. Es la segunda ciudad del país por sus actividades económicas. Fábricas por un lado y otro de las carreteras. Nos recibieron con fiesta familiar, que incluye sabrosa discada, luego de los abrazos de bienvenida. Júbilo por ver a la familia tabasqueña radicada en el Norte. Yo soy norteño radicado en Tabasco. Y mis hijas, de ambas partes. Camuflan su acento según donde se encuentren.

ASÍ QUE DECIDIMOS CRUZAR la frontera por Roma, Texas. Salimos de Monterrey a eso de las 5:30 pm. Las despedidas amorosas detienen. Hasta que salimos a carretera. Hora pico en las carreteras. La ruta era Cerralvo, Cd. Mier y Miguel Alemán, carretera solitaria, con carriles ida y vuelta, amplia y sin baches. Cabe aclarar que Tamaulipas no tiene pago de peaje (casi no, o al menos en esta ruta que tomamos (Tampico, Victoria, Monterrey). Y la que tomamos hacia Roma, tampoco. Veracruz sí tiene pagos y más pagos de casetas.

¿Y QUÉ HACEMOS en estos días? Era una tradición de mi padre el visitar familiares y amigos de Guanajuato. Yo heredé lo mismo. Sentir los abrazos. Encontrarse en miradas. Platicar y más platicar. Y también anda uno en las tiendas viendo el consumismo (no comunismo). Y voy a casas de empeño a buscar libros viejos, relojes y guitarras. Y asamos carne, escuchamos música y platicamos. Otros días los paso en Matamoros.

EL PUENTE INTERNACIONAL de Miguel Alemán, para pasar a la ciudad de Roma, Texas, es de poco tráfico. 5 minutos y listo. Los de Matamoros para pasar a  Brownsville dilatan entre 2 y 3 horas. Y más ahora por la ola de migrantes de otros países. Por cierto, el callejón del puente de Alemán/Roma por donde se pasa a pie, está ocupado por migrantes. Tienen sus cobertores para el frío y techos de lona para protegerse de sol y lluvia. Ellos esperan un milagro de Navidad.