Libertad de expresión, ¿hasta qué límite?

En estos momentos algunos de los personajes centrales son los médicos, enfermeras y todo aquél que trabaje para una institución de Salud, las historias mismas de la vida

Ayer recibí algunos mensajes en el celular en alusión al Día de la Libertad de Expresión.  La primera reacción fue de asombro. Con esta pandemia en ocasiones se pierde el tiempo, pero al estar más despierto me di cuenta de la fecha.

Hoy esa libertad de expresión no sólo pertenece a los que ejercemos de una u otra forma el periodismo, en algunas ocasiones miles de ciudadanos a diario luchan por ella, salen a las calles con pancartas y megáfonos, toman las plazas y con micrófono en mano dicen lo que sienten.

Emiliano Ruiz Parra, autor del libro “Ovejas negras”, dice que hay periodismo muy duro enfocado en datos, en detectar corrupción, en seguir el rastro del dinero; lo hay para dar noticias inmediatas… lo hay para la reflexión.

Reflexión con lo que uno escribe o con la foto que se capta. Encontrar el sentir de la persona que trabaja en el día a día y no le importa salir a la calle, porque su único fin es traer alimento a su casa a pesar del virus que ronda en todas partes.

Sacar del corazón las palabras del organillero de una esquina, que regala música y a cambio con un sombrero pide ayuda.

Escuchar a los mariachis apostados afuera de sus casas esperando una contratación, que al final de la jornada no obtiene.

Escribir sobre la ruta del migrante que camina sin prisa con la ilusión de llegar a la otra parte del país desde Tenosique o Chiapas, a veces en sandalias y con una sola muda de ropa, dejando atrás una patria, padres, hijos y esposa.

Por eso el periodismo igual se mezcla con la poesía, el cuento, la crónica y la novela, y desde esas trincheras uno ejerce su libertad de expresión.

En estos momentos algunos de los personajes centrales son los médicos, enfermeras y todo aquél que trabaje para una institución de Salud, las historias mismas de la vida.

Estas personas que incluso recibieron el mote de héroes, porque están en la primera línea de combate con todos los temores en su interior como humanos que son.

Y por otra parte los desobedientes, quienes piensan que jamás podrán ser alcanzados por el coronavirus, y deambulan sin la menor preocupación por la ciudad.

Hacer periodismo no es fácil, algunos creen que hablar y hablar o escribir sin el sentido humano, de investigación seria es comunicar. Varios son los equivocados.

Aunque existen otros de mejor calibre, los que merecen ser en verdad un homenaje, como el caso de Javier Valdez o Lydia Cacho, por mencionar algunos.

Desde hace una década México se convirtió en el país más peligroso para ejercer el oficio del periodismo. La organización Reporteros Sin Fronteras sitúa al país en el sitio 144 de 180 países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2019.

Escribir sin rigor en esa red virtual sin rostro y firma, donde se leen miles y miles de opiniones, no tiene nada que ver con el periodismo.

PARÉNTESIS

Un grupo multinacional de académicos, intelectuales y activistas, apoyado por la Unión Europea y dos instancias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), promoverá esta semana semana un manifiesto para que internet se convierta en derecho humano universal. (kundera_w@hotmail.com)