El derecho de las madres: lactancia para sus recién nacidos

Si las mexicanas no fuéramos tan desconfiadas y negativas de las leyes que aprueban en el Congreso en favor de nuestros derechos y los de niñas y niños

Si las mexicanas no fuéramos tan desconfiadas y negativas de las leyes que aprueban en el Congreso en favor de nuestros derechos y los de niñas y niños, veríamos con beneplácito la noticia de que el Senado de la República,  votó hace más de un mes una reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) para ampliar el periodo de lactancia a dos años.

   ¡Por fín! La iniciativa que diera a conocer la senadora del Movimiento de Regeneración Nacional, Blanca Estela Piña Gudiño en septiembre del 2021 después de una espera de más de dieciséis meses para ser llevada al pleno y finalmente el 9 de enero del año presente, con 81 votos a favor fuera aprobada.

  La finalidad de dicha reforma es brindar “condiciones dignas, adecuadas, privadas, higiénicas, accesibles y seguras para que las mujeres pueda lactar durante sus labores”, explicó la legisladora Piña Gudiño 

  Es casi seguro, que muy pocas madres trabajadoras conocen que antes de esta reforma el artículo 170 de la  LFT establecía un máximo de seis meses de lactancia para hijos de mujeres trabajadoras

 No conocemos ningún caso en el que los patrones permitan amamantar a sus hijos en sus centros de trabajo y menos que les destinen un lugar cómodo y agradable para hacerlo, o permitirles salir una hora antes de sus jornadas.

Por el contrario, hay testimonios de patrones que discriminan a mujeres embarazadas; no les permiten amamantar a sus hijos o las despiden cuando exigen ese derecho.  

   Con este dictamen, explicó la senadora Piña Gudiño, “se generan condiciones para que las mujeres accedan a sus derechos y cuenten con dos reposos extraordinarios por día de 30 minutos cada uno para lactar o extraer leche materna. De lo contrario el patrón o la empresa, tendrá la obligación de reducir la jornada laboral de su trabajadora por una hora, durante el periodo señalado”, ahora de dos años, explicó la senadora morenista.

  El Estado debe salvaguardar el derecho a lactancia en centros laborales, puntualizó por su parte  la senadora Patricia Mercado.

  Muy bien por las senadoras, pero el problema estriba en que el Estado nunca ha sido garante del cumplimiento de ese derecho de las madres trabajadoras y los niños y niñas y menos en un país en el que muchos hombres y mujeres y parones  repudian y hostigan a madres que amamantan a sus hijos en público.

  El Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred), afirma que el embarazo y lactancia se encuentran entre las primeras nueve causas de discriminación contra las mujeres con un trabajo asalariado.

   En cambio nuestra sociedad de doble moral, celebran y hasta exhiben en sus negocios los pechos desnudos de alguna modelo.

  Muy probablemente esa situación y otros problemas inhiben a muchas madres trabajadoras, sobre todo de las ciudades, a alimentar con su leche a sus bebés, sin importar los beneficios nutricionales y emocionales que el amamantamiento les garantiza la vida, la salud y un desarrollo integral. Así lo han repetido hasta el cansancio, nutriólogos y pediatras.

   A nivel nacional únicamente 54.4% de niños y niñas son colocados al seno materno durante la primera hora después del parto. En el sur del país, el inicio temprano de lactancia materna es menos frecuente (34.7%), así como en niños y niñas nacidos en hospitales privados (38.3 %) y por cesárea (37.9%).

  Según la UNICEF (organización de la ONU para la infancia)) en México solamente uno de cada tres bebés recibe leche materna como alimento exclusivo para los seis meses.

  Para incrementar esas cifras, entre otras medidas sería necesario que, por lo menos en cada una de las grandes empresas, existieran guarderías para las madres trabajadoras; de esa manera tendrían acceso inmediato a sus hijos o por el contrario, como ahora se establece en el artículo 153 de la LFT, reducir una hora sus jornadas laborales, ahora con la reforma, por dos años.

   Lo cual, partiendo del incumplimiento de los patrones antes de la reforma y la indiferencia de la Secretaria del Trabajo para vigilar el cumplimiento de este derecho, todo parece indicar que este artículo seguirá durmiendo el “sueño de los justos”, a menos que las mujeres madres -como decimos coloquialmente- nos pongamos las pilas para exigir su aplicación.