Edificantes historias de vida

HAY MUCHAS HISTORIAS y cada uno tenemos las propias

"PRESIÓN ES TENER HAMBRe y no saber qué comer, o no tener techo bajo el cual dormir". Así cuenta el jugador de basquetbol Shaquille  O´Neal, que le dijo su padrastro luego de verlo jugar errático en su primer partido en la NBA. Ya ganaba en lo económico mucho muy bien. Y ante la pregunta de por qué había jugado mal, la respuesta fue que "por presión".  Porque el juego era contra uno de los equipos imbatibles y con dos o tres jugadores grandiosos. "¿Presión? Eres débil eso es lo que eres. Pasa por mí mañana a las 8 am".

AL DÍA SIGUIENTE O´Neal pasó por la casa de su padrastro, según lo acordado. Y salieron en auto por la carretera. Hasta que vieron en la orilla una familia sentada, en evidente necesidad de ayuda. El padrastro detuvo el auto. Y les regaló 50 dólares "para que coman". Y le dijo a O´Neal, su hijo: "ahora bájate tú, platica con ellos y ayúdales". Se baja, y se entera en la charla que acaban de perder la casa. Y que el padre no tiene trabajo. Y mañana no sabe qué van a comer. La familia estaba compuesta por padre, madre y dos hijos entre 9 y 12 años.

HABLÓ POR TELÉFONO con un amigo: le consiguió trabajo de cortar jardines. Habló con otro para que le consiguiera un departamento rentado para cuatro personas. Él le enviaría el cheque correspondiente para el pago del alquiler. Y a partir de allí supo lo que era la verdadera y real presión. Y como un cuento de hadas, a partir de allí jugó los siguientes partidos divertido como nunca.

EL MISMO O´NEAL, jugaba con Lakers y siempre que llegaban a la final, perdían. Al siguiente año lo mismo. Se dio cuenta que el entrenador en jefe no era un buen líder. Acudió ante el dueño y le expuso su hipótesis. "¿Y qué sugieres?" Contratar a Phillip  Jackson. "Pero eso es imposible, ya está retirado y no creo que acepte regresar". "Eso déjemelo a mí, nomás consigo la dirección". Y, con la dirección en el bolsillo, compró boleto de avión a Montana. Otro tramo lo hizo en auto. Y al fin llegó hasta una casa en un ambiente paradisiaco junto a un lago.

TOCÓ LA PUERTA, le abrió June,  la esposa del entrenador. "Sí está, pero está a la orilla del lago, en una especie de concentración y descanso." Era distancia corta a ese lugar. Caminó y llegó ante el anhelado y retirado entrenador. Le expuso su pretensión de que volviera a entrenar con su equipo. El entrenador se quedó pensando, vio un tronco grande en medio del lago, a considerable distancia de la orilla. Y le dijo: "métete al agua y ve por el tronco aquel y tráelo". El jugador se despojó de su ropa -quedó solo con interiores- entró a la helada agua, nadó de ida y vuelta, con el tronco. "Ya vi la fuerza de tu deseo. Acepto volver". Y dicho entrenador hizo campeón de la NBA a los Lakers en 2000, 2001 y 2003.

HAY MUCHAS HISTORIAS y cada uno tenemos las propias. Una maestra de secundaria, amiga, en ocasiones me platica de alguno de sus alumnos: uno de ellos, bajito de estatura, está llorando. Algo le pasó.  Ella se le acerca. Y él sigue en sollozos, pero no de dolor, sino de decepción: "¿Te rompieron el corazón?". El niño (13 años), entre sollozos asiente con la cabeza. "¿Es chica de tu grupo?" Asiente igual. "¿Es Amalia?" Niega entre sollozos. "Es Rocío?" Asiente. Y me sigue contando que Rocío es guapa, le gusta dibujar, pero no anda interesada en noviazgos.

OTRO NIÑO, le tocó una nalga a una compañera. Ya ha sido reportado por casos similares, sea que le toque el trasero a hombres o a mujeres. Su situación: vive con su abuelita ya muy grande de edad, por lo tanto indiferente. El padre no vive con ellos. La madre los abandonó. Es la hermana mayor, estudiante igual, quien ejerce como autoridad con ellos. Aparte sin la seguridad de lo que van a comer un día y el siguiente. Y junto con esa situación, el niño miente mucho. Y además pide que no lo reporten.

ESO ES DE LO DIARIO en las escuelas. Se requiere siempre maestros receptivos, que sepan leer los rostros de ellos, para acercarles ayuda psicológica. Muchas veces con solo escucharlos se avanza. Porque no los escuchan en su casa. Y si tampoco los escuchan en la escuela, entonces los escucharán los líderes del barrio, quienes los reclutarán para actividades ilícitas. Y luego nos quejamos, cuando fuimos indiferentes ante casos que se presentaban dentro del grupo. Sobre todo de la enorme necesidad de escucharlos. Sé que no es fácil.

HAY MUCHAS HISTORIAS. Solo que hay que valorarlas. Tenemos las propias. O escuchamos de los amigos otras. O las leemos. Siempre es importante encontrarles la importancia y destacarlas en el momento que tenemos oportunidad. Como aquella del chofer del autobús que se detuvo en el tráfico, porque vio a una mujer de edad avanzada que estaba a la espera para cruzar la avenida: bajó, la ayudó a cruzar y regresó a su autobús para continuar. O la del chofer de un tráiler que vio a un compañero manejando un tráiler sin frenos, y se le adelantó y puso enfrente, para en equilibrio de velocidades ir deteniendo al tráiler sin frenos y evitar una catástrofe.

O LA HISTORIA QUE CUENTA el corrido de la máquina 501. Es la historia de Jesús García Corona, que por cierto una calle de Villahermosa así se llama "Jesús García": "Era un domingo señores/ como a las 3 de la tarde/ estaba Jesús García acariciando a su madre/ "Dentro de pocos momentos/ Madre, tengo que partir/ del tren se escucha el silbato/ Se acerca mi porvenir"/ Cuando llegó a la estación/ el tren ya estaba silbando/ y un carro con dinamita se les estaba quemando./ El fogonero le dice:/ Jesús, vámonos bajando mira que el carro de atrás/ ya se nos viene quemando./ Jesús García le contesta:/ "Yo pienso muy diferente, yo no quiero/ ser la causa de que muera/ Tanta gente.../ Le dio vuelo a su vapor./ Como era de cuesta arriba/ Antes de llegar al 6 allí termino su vida..."