México y su modelo: la educación

La calidad de la educación no debe ser demagogia

Me he referido en este espacio a la manera en que un modelo de sociedad –Imperial o Democrático- determina si hay incentivos para el desarrollo o una serie de obstáculos. Comenté el caso de la curva de adopción de tecnología. Hoy abordo la denominada educación de calidad.

La educación en sí basada en la calidad del alumno y del maestro no existe en nuestro país, salvo por excepción. En México el énfasis está sobre la cobertura total de la educación. La educación formal debe ser accesible para todos. Pero, también debe de ser estratificado por segmentos razonables: una parte básica para literalmente todos, el 100% de la población; una parte técnica y preparatoria para digamos un 50% de la población; una tercera parte profesional para digamos un 25% de la población; y finalmente una parte post carrera de maestrías, doctorados, etc., de un 12% de la población. Cuando decimos “educación para todos” queremos decir tres cosas:

1) que toda la población tenga una educación básica de alta calidad pagada por la Nación sin distingos de personas, etnias, colores, urbanización, geografía, etc.;

2) que cada individuo esforzado tenga acceso a una educación en cualquier nivel por medios no necesariamente físicos (escuelas, edificios, etc.); y

3) para los niveles post básicos, que haya un sistema de premios y becas basados en el esfuerzo real de cada individuo y la necesidad de poder educar a todos quienes realmente quieren ser educados.

No hay nada, salvo el aire, la atmosfera, que pueda ser gratis para todos. Todo tiene un sentido de racionamiento. Tú no puedes tener un sistema educativo para todos porque entonces por qué no metes a todos en el doctorado y tengamos a todos allí. Cien millones de doctorados. Hay un momento en donde el sistema formal educativo te deja y tú tienes que continuar tus estudios por métodos personales y otros medios sociales. El sistema tiene que prever eso. En India, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos, etcétera, hay un límite. Hay un piso educativo, pero después de eso para las universidades baja en una proporción bastante radical. Ese nivel de educación formal es suficiente para comenzar la vida productiva y con eso el individuo puede defenderse en la sociedad. Sabe leer, escribir, sumar, es el nivel básico. Si hay recursos (y tiempo) lo podemos subir, vamos a hacerlo, pero tiene que ser de calidad.

En las sociedades que tienen buenos niveles educativos la calidad antecede a la cantidad. No es demagógica la educación. En México se confunde la democracia con la demagogia. La educación formal es para algunos y no para todos, es porque el resto o no tienen las aptitudes o no quieren y hay que apoyarlos de otras maneras para que encuentren su vida. Una manera es tener un nivel alto de empleo, cosa que no queremos para México si examinamos a su política socioeconómica. No hay una jerarquía de que quien pasa por el sistema educativo está por encima del otro. Simplemente la educación es un apoyo al individuo.

Si buscas un trabajo te va a preguntar cuál es tu educación, pero también están dispuestos a aplicarte un examen razonable. Eso sucedió conmigo en Estados Unidos para una compañía de seguros. Me preguntaron mi educación pero me aplicaron un examen. Aprobé el examen y era un buen candidato, y me contrataron. Así funcionan las cosas.

LOS ENREDOS DE LA BUROCRACIA

Eso de creer que el sistema educativo tiene el único sello y eso está en la Ciudad de México es una gran tontera, arruina la motivación del sistema educativo. Se les está diciendo a los alumnos y a los maestros que el sello importa. Realmente es lo que menos importa. No hay confianza en el Modelo Imperial plagado de sellos y controles verticales.

En la India y en Estados Unidos tus calificaciones están registradas. Yo no lo pedía sino cuando tenía que avanzar al siguiente nivel. Y cada institución cuida su calidad y prestigio porque vive de eso, no de su cercanía con el político mejor ubicado en el Modelo Imperial a nivel nacional, estatal o local. En este sentido, contaré en la próxima entrega una experiencia personal.

(El autor es economista, especialista en planificación, los apuntes de México y su modelo revisan las limitaciones del modelo imperial frente al democrático. Director del Centro de Estudios de Investigación del Sureste. Colaborador de Presente)