El pasado jueves, entre exhortos políticos, tropiezos y pifias; la primera Suprema Corte de Justicia de la Nación elegida por voto popular inició funciones con su primera sesión ordinaria. Un hecho inédito que abre una etapa marcada por simbolismos, cuestionamientos y el reto de recuperar la confianza ciudadana en un sistema judicial señalado por la corrupción y la impunidad. En ningún país del mundo se elige en las urnas a todos los jueces, son apenas algunas democracias que eligen a una parte de su Poder Judicial. Por ejemplo, en Estados Unidos se elige solamente a los jueces y fiscales de algunos estados, pero no federales; en Suiza, se eligen solo a nivel cantonal, la organización más pequeña de su sistema; las altas cortes de Bolivia y Japón, son las únicas que van a elecciones; mientras que en Perú, Colombia, Venezuela y algunos municipios franceses, solo se eligen jueces de paz o equivalentes. México optó por votar en todos los niveles del sistema judicial, a pesar del posicionamiento en contra de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y del Comité de Derechos Humanos de la ONU; advirtiendo violaciones a los derechos humanos y enfatizando que la estabilidad e inamovilidad de un juez, un proceso de idoneidad y protección contra presiones o intereses externos, forman parte de la independencia judicial.

Junto al Poder Ejecutivo y el Legislativo, el Poder Judicial es uno de los 3 pilares que sostienen el estado de derecho. Su labor es otorgar a las personas una justicia oportuna y de calidad; de manera honesta, confiable y eficiente; primando el respeto, la no discriminación y el más amplio acceso a la justicia. A la cabeza se halla la Corte Suprema y debajo las Cortes regionales con sus tribunales por todo el territorio nacional. Deben generar confianza, fortaleciendo la democracia y contribuyendo a la paz social. Pero, según la Encuesta Nacional sobre Confianza en las Instituciones del INEGI, solo un bajo porcentaje de la población confía en ellos; ponderando los últimos 5 años, menos del 40% confía en los Jueces y Magistrados, y 7 de cada 10 mexicanos los ve como corruptos! La mayor confianza está en la Familia, casi el 90%; en las Universidades Públicas y Escuelas de Nivel Básico, con un 80%. Por otro lado, a los que menos se les confía es a los Partidos políticos, Diputados y Senadores, de 27 a 34%; y a la Policía, Ministerios públicos, Fiscalías o Jueces, al rededor de 35%.

Aunado a ello, la Encuesta Nacional sobre Percepción de Impunidad, donde casi el 80% está de acuerdo en que la presión política o mediática es lo que más influye al esclarecer los delitos. El 90% considera que en los últimos 5 años la impunidad sigue igual o va en aumento, y solo el 10% cree que disminuye. También se revela que el 80% coincide en que todos los delitos deben sancionarse con cárcel y 73% concuerda en que toda persona acusada debe permanecer en prisión mientras se investiga. Así, la mayoría considera que la mejor forma de combatir la inseguridad y la impunidad es mejorando la capacitación y dedicación de quienes imparten justicia, para revertir la preocupante situación de las 4 de cada 10 personas encarceladas sin sentencia.

Los ciudadanos identifican el problema raíz tanto en la procuración como en la impartición de justicia: 1 de cada 4 cree que la impunidad se debe a que las autoridades están coludidas con los delincuentes, 1 de cada 7 opina que los jueces los liberan fácilmente, y 1 de cada 8 mexicanos considera que los agentes del ministerio público no investigan los delitos. Ahora, de cada 100 delitos cometidos, menos de 9 se denuncian; y de éstos no se resuelven ni el 1%. La probabilidad de que un delito cometido en nuestro país sea investigado, resuelto y castigado no llega ni al 1%.

De esa magnitud es el reto para el Nuevo Poder Judicial, y de la sobrada desconfianza en los jueces que por muchos años y durante varios sexenios, se han alejado del principio constitucional de impartir justicia de manera pronta, expedita, completa, imparcial y gratuita. (drulin@datametrika.com/Investigador Titular, UJAT/Director General, Datametrika Co.)