Parques y Museos
10/06/2025
Espacios públicos: la apropiación popular (I)
PRIMERA PARTE
Lo que hace a las ciudades es el sentido de pertenencia que incluso verbalmente se expresa como si fuera de propiedad: mi ciudad. Cuando aún en la más señorial, patriarcal y desigual ciudad, en realidad la paradoja de la modernidad, la diferencia con la Edad Media y las sociedades tradicionales, es que la ciudad es al mismo tiempo de todos y de nadie en particular. Pero queda muy claro, que el sólo hecho de transitar cotidianamente por un emplazamiento, por una vía de circulación, por un lugar de paso, incluso por lo que el antropólogo Marc Augé llamó no lugares (pasillos, puentes, túneles, camellones, etc.) genera esa sensación de pertenencia -o más específicamente- copertenencia: el lugar es de uno y uno es del lugar.
Y es un elemento básico constitutivo, diríamos de la antropología de la modernidad como lo demostró Maurice Halbwachs que encontró que la memoria social de las personas se fijan con relación a emplazamientos monumentales o simbólicos de paisajes humanizados y sobre todo calles, casa, edificios. Un excelente ejemplo de ello lo da Wim Wenders en la película Alicia en las Ciudades en cómo tras varios años en prisión, al regresar un hombre lee en la ciudad lo que había antes y no los edificios y calles que está viendo en presente, película también donde se adelantaba el problema de los barrios segmentados como islas por las vías rápidas de los automóviles.
Espacios nulos, que sin embargo de tanto transitarse y en la creación de sus "islotes" generan también espacios simbólicos apropiables como lo narra J.G. Ballard en la "Isla de Cemento". De este tipo de situaciones surgió una nueva psicología, que, por ejemplo, con el estudio de Internados de Erving Goffman, justificó la necesidad de que en las cárceles y hospitales de todo tipo se le permitiera a los internos tener imágenes y adornos personales en donde estarían reflejando y retroalimentando su personalidad individual como medio de evitar enloquecer. Más adelante se vio que lo mismo pasaba con los grandes conjuntos de condominios y luego de fraccionamientos que tenían muchos edificios o casas iguales (caras o baratas no hacen diferencia sino la cantidad, la simetría y la semejanza), una infalible receta para la depresión y los ataque psicóticos violentos.
Lo que damos por hecho y como natural en este tipo de situaciones es la identificación con la plaza del pueblo, el parque de la niñez, la iglesia a la que asistíamos, por supuesto la casa o el departamento donde vivíamos o vivimos, el estadio de futbol de nuestro equipo, un teatro o un cine; pero, ahora, como lo demostró la socióloga Inés Cornejo, esa apropiación, que ella llama simbólica se da hasta de las plazas comerciales o malls. En las ciudades más modernizadas y gentrificadas -o como está sucediendo por el exceso de calor- los únicos lugares públicos están terminando por ser estos conjuntos comerciales porque tienen aire acondicionado, e incluso terminan, como en Villahermosa, jerarquizándose por clases sociales: Altabrisa para los más ricos; Galerías para la clase media alta y otras como Cristal, Sendero y Las Américas para los más pobres.
Esos son los nuevos espacios públicos en una ciudad que a propósito, a diferencia de San Cristóbal, Mérida, Xalapa, Oaxaca, Puebla, etc., desde sus orígenes fue diseñada sin espacios públicos comunes, y además se fueron destruyendo mientras se "modernizaba". Mientras las ciudades mencionadas eran integrativas aunque claramente divididas por estamentos, Villahermosa siempre ha sido excluyente para que la estamentalización social fuera inmediatamente espacial. Por eso en una ciudad donde cuando no llueve cae fuego del cielo, hay tan pocos portales, para evitar que los pobres, los que circulan en las calles, los que sudan, tengan refugio. Encontrar refugio en Villahermosa, por ejemplo meterse a Del Sol o a un café o a un museo, cuesta.
La semana pasada, en Villahermosa se dio la más rápida y masiva reacción a un acto de gobierno que haya habido quizás desde el alza de los pasajes de 1955. Se ha dado de una manera expresiva y deliberativa. ¿Cómo explicar esta reacción, cuya velocidad al mismo tiempo se dio civilizada pero velozmente -desde el primer día- gracias a las redes sociales (64 mil firmas en una carta)? ¿Qué ocurrió? (Continuará)
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