Peripecias de jubilado (II)

ME ENCUENTRO A MUCHOS colegas jubilados. Algunos desde ya hace varios años

ME ENCUENTRO A MUCHOS colegas jubilados. Algunos desde ya hace varios años. Y otros que aún no, por temores sobre lo que van a ganar como jubilados o por el miedo a andar sin brújula por la vida, sin horarios, sin responsabilidad de funciones laborales. Y claro que eso es peligroso. Sería bueno organizar grupos integrados por personas que están en la etapa prejubilatoria y trabajar con ellos en una terapia sicológica y filosófica de preparación para la etapa que sigue.

ACABO DE VER un video breve sobre una maestra de filosofía de la Universidad Autónoma de México (UNAM). Su nombre Eugenia Revueltas Acevedo. Sí, de la familia de intelectuales, los Revueltas (Silvestre, José Rosaura). Comenta ella de cómo empezó a dar clases, recibiendo la responsabilidad por parte de uno de sus maestros quien salió de año sabático. Pero lo que me llama la atención es que dice muy convencida y sonriente que ella nunca se va a jubilar. "Mientras tenga el cerebro funcionando bien, voy a seguir dando clases". O quizá cuando deje de dar clases sea porque ya está "en otro plano", reafirma. Se le ve alegre, plena, entusiasta y sobretodo muy lúcida. Ella tiene 89 años.

YO, COMO JUBILADO reciente, anduve como seis meses sin brújula. Explicaba a quienes me preguntaban, que mi cerebro estaba acostumbrado a los horarios. Y no solo por los cuarenta años trabajando, sino desde antes, desde la primaria, de 8 a 1; en la secundaria de 7 a 2; en la Normal, de 3 a 9 (vespertino).  Luego en lo laboral de 8 a 1 en primaria; luego en la telesecundaria, de 8 a 2pm. Un tiempo anduve en un horario loco. Luego de salir de la escuela telesecundaria, entraba a las 6 de la tarde en el periódico La Verdad del Sureste y salía a las 2 de la madrugada (Así por tres años). Luego comisionado en la SETAB: lo normal de 8 a 3 de la tarde. Pero de 2015 a 2018 a un horario sin límite de tiempo. Entraba a las 8 y salía a veces a las 10 u 11 de la noche. El último año laboral, volví a la telesecundaria, maestro frente a grupo, así que el horario era de nuevo de 8 a 2 pm. Entonces, al inicio de estar jubilado, mi cerebro pedía horarios a como estaba acostumbrado por más de 50 años. Y había qué dárselos.

Y FINALMENTE ENTRE los 6 y 7 meses ya como jubilado le metí un horario de 7 a 10 de la mañana a escribir, todos los días, incluyendo domingos y días festivos, esté en casa o de viaje, llueva, truene o relampaguee. Así lo he hecho desde mediados del 2020. Y luego de ese horario me impuse a realizar algunas actividades para el bien de casa. No mucho, unas dos o tres, leves. Y ya después a "pajarear"- es decir andar haciendo nada, mirando, riendo, leyendo, y cosas así, de jurado, alguna lectura, café. También aporreo el piano, trato de sacarle notas armónicas a la guitarra que me acompaña, lo mismo hago con la armónica. Felizmente jubilado. ¿Y extraña la escuela?, me preguntan ex alumnos y amigos docentes. Sí, la verdad que sí me apasiona el trabajo permanente de diálogo con alumnos y alumnas, padres de familia. Solo que hay otras exigencias burocráticas que distraen. Por cierto en unas semanas más regreso a la UJAT como estudiante. Ya iré platicando.

TENGO AMIGOS JUBILADOS qué hacen deporte extremo. Amigas que viajan por toda la república: desempacan su maleta de regreso y a los dos, tres días empacan de nuevo. Hay otros y otras que cultivan plantas, hacen crecer ganado. Otros venden lo que la gente quiere comprar. Algunos leen el periódico cada mañana. Otros actúan en obras de teatro. Cada quien sus aficiones. Y asimismo hay quienes están enfermos y muy enfermos. (FIN)