Y tú que te creías el rey

Hemos fallado al creernos el rey de las especies animales, y rey de la naturaleza, a la que estamos llevando al caos...

"Y TÚ QUE TE CREÍAS -como ser humano- el rey de todo el mundo". ¿Qué le parece empezar así cuando inicia un nuevo ciclo escolar para educación básica, la base de toda la educación?, aunque la base se dice, se sabe, que es la que se enseña en la casa. Hoy van millones y millones de alumnos y alumnas rumbo a su escuela al igual que miles y miles de docentes. Y es bueno que reflexionemos todos lo que tenemos como sociedad y lo que queremos a futuro: valores, trabajo, paz, producción, aprecio de la cultura y del arte. Y seguramente que eso ya se reflexionó en los Consejos Técnicos Escolares. ¿Y cómo llegar a esa situación mejor de futuro? ¿Qué hacer?

YO CREÍA QUE EL ALTAMIRENSE Don Cuco Sánchez, el compositor de la canción "Fallaste, corazón",  se refería, al hombre que la canta como diciéndose a sí mismo ante el espejo, que se creía el rey de todo el mundo. Pero luego de varios años de escucharla, me fijé, que se refería al corazón enamoradizo. Y de cierto que lo dice: "maldito corazón, me alegro que ahora sufras...", aunque se refiera a su propio corazón.

SOLO QUE EN ESTA OCASIÓN utilizo esa entrada de verso para referirme en general al ser humano, al hombre como palabra genérica, con el fin de decirnos que hemos fallado al creernos el rey de las especies animales, y rey de la naturaleza, a la que estamos llevando al caos, al fin de la civilización, aunque suene catastrófico lo que enuncio, o con esa palabra bíblica: "apocalíptico". A veces hago una relación de algunas cosas que nos hacen creer en todo eso: sociedades fallidas, violencia generalizada, precarización -y en aumento- de la vida para gran número de individuos...

CORRUPCIÓN A TODO lo que da, afán de lucro, Caínes contra Abeles, polarización de una sociedad en origen ya polarizada por la desigual distribución de la riqueza, economía de casino, vacío de ideas, deforestación, aguas contaminadas, peces muertos, especies en extinción, fraudes de pirámide, feminicidios, desigualdad de trato a las mujeres, migración, extracción de recursos naturales por los países ricos a los pobres, golpes de Estado, basura y chapopote en las playas, etcétera, etcétera.

ASÍ CRECIMOS. Con una educación (los que tuvieron esa oportunidad) que nos fijó conceptos de que el ser humano es la especie racional y por tanto la mandona, y las otras, irracionales, las que no tienen inteligencia, ni sentido de un pasado y futuro. ¡Vaya rey de la naturaleza! , que todo lo tergiversa, lo destruye, se lo apropia (hasta las áreas verdes o rellena los cuerpos de agua). Y al comportarse de tal manera, como el rey de todo el mundo, que se creía, acabando con la misma, y en ella, con él mismo.

ESTA SITUACIÓN, POR SUPUESTO no es nueva. Es un acumulado histórico. Y podemos echarle la culpa siempre a los otros, al pasado, al capitalismo salvaje (que lo es), solo que con una actitud victimizante y culpando a los demás. Sin hacer autocrítica no salimos del atolladero, ni vamos a ninguna parte. Es preciso conceptualizar bien el problema en el que nos encontramos como sociedad, y contribuir con nuestro grano de arena en la solución. Y no hay de otra, más que una buena educación. ¿Pero cuál es esa buena educación? He allí la reflexión y la autocrítica, no solo de los maestros (aunque sí principalmente), pero también de los padres y madres de familia (principalmente).

DEJEMOS QUE SIGA CANTANDO Don Cuco Sánchez: "maldito, corazón, me alegra que ahora sufras; que sufras y te humilles, por ese gran amor. La vida es la ruleta donde apostamos todos; y a ti te había tocado nomás la de ganar..." Y seguimos con la reflexión hoy que inician las clases. Es muy cierto que la sociedad educa. Es muy cierto que es en la familia donde se aprenden las bases, los valores. Solo que en la escuela toca la tarea de lograr que los alumnos se interesen por aprender, despertarles la curiosidad por los conocimientos. Y es allí donde radica realmente la dificultad de la labor docente.

NO, LA ESCUELA NO ES la culpable del deterioro de las relaciones sociales. La escuela no ha fallado. Todos nosotros como sociedad y gobierno le hemos fallado a la escuela, con funcionarios improvisados, con recortes a la educación y a la cultura, con salarios bajos que una buena parte se va en el traslado en la mayoría de ellos, con actividades culturales disminuidas, con hurtar en muchos casos el presupuesto que debería de ir a mejores obras en caminos y carreteras y edificios escolares, con permitir obras de pésima calidad. Le hemos fallado a la escuela al dejar que los grupos de poder y los poderes fácticos en los medios masivos con su publicidad invasiva nos cambien de modelos de vida y modelos a seguir, sobrevalorando lo inocuo, lo vacío, e infravalorando los valores, el libro, la honradez, el esfuerzo, la disciplina, el trabajo. Le hemos fallado a la escuela, sí.

HEMOS FALLADO: MIRO BIBLIOTECAS vacías y en el mejor de los casos semivacías y estadios de futbol llenos, donde se grita y se vende cerveza al por mayor, el gran negocio. Miro actividades culturales semivacías de público y preferencia alta en programas de entretenimiento bobo y banal. Hemos fallado: se cierran bibliotecas, centros culturales en el abandono, se abren más centros de venta y consumo de alcohol (depósitos y pocitos tolerados). Hemos fallado: no se puede salir de noche sin peligro de ser asaltado. Las mujeres corren peligro de día y de noche en cualquier lugar y hasta en la casa con violencia familiar.

HEMOS FALLADO. He visto coladeras tapadas de basura. He visto calles que primero pavimentan y luego le ponen el drenaje (siii). Se remodelan parques públicos como negocio en la obra pública. Se cambia el reloj antes floral de un lado a otro como decir arriba y abajo, o más allá. Y queda como hierba con manecillas que marcan hora que no es. Nos han fallado, nos han engañado, quienes cambian de piel, de camiseta, los saltimbanquis de siempre, y no me refiero a una profesión en específico, ni solo a quienes han fallado desde el gobierno.

SIGAMOS CON MI PAISANO Don Cuco Sánchez, nativo de Altamira, Tamaulipas, en su canción "Fallaste corazón"  (que también compuso "La Cama de piedra" y "El mil amores"): "...Y cruel y despiadado/ de todo te reías/ hoy imploras cariño/ aunque sea por piedad/¿A dónde está tu orgullo?/¿A dónde está el coraje?/¿Por qué hoy que estás vencido/ mendigas caridad?/ Ya vez que no es lo mismo/ amar que ser amado/ hoy que estás acabado/ qué lástima me das.". Fallaste, corazón.