Sísifo

Nunca hay una totalidad en el triunfo, o en la derrota

UNO

Sucede siempre, no es que de vez en cuando. La ropa se ensucia y hay que volverla a lavar. El pasto se corta, con el paso de los días crece y hay que volverlo a cortar. Los trastos de cocina, tres veces al día hay que lavarlos de nuevo. La casa hay que pintarla una vez al año (o dos). Eso en referencia a lo doméstico. En los pueblos sucede lo mismo, guerras, revoluciones, reformas. Parece absurdo, pero es la realidad. Por eso se dice que el descanso pleno solo se alcanza con la muerte.

DOS

Sobre esto que se plantea hay un mito griego, el de Sísifo, rey de Corinto, embaucador hábil, quien de castigo tiene que subir una piedra pesada en la pendiente de una montaña. De tal manera que cuando llega a lo alto, esta cae y tiene que empezar de nuevo, y así por toda la eternidad. Este, junto con la pérdida de la vista, es el castigo que le han impuesto por haber desobedecido y engañado a los dioses.

TRES

Nunca hay una totalidad en el triunfo, o en la derrota. Apenas se llega a uno u otra, tienes que empezar de nuevo. No basta escribir un libro, hacer una película, participar en un mitin, huelga, una revuelta, una revolución. Al término de estas, tienes que empezar otra vez, así de simple, así de compleja la existencia humana.

CUATRO

Cuando se habla del origen de la civilización, por lo general se hace referencia  a la cultura griega. Por eso se le llama la "cuna de la civilización". A través de sus mitos los pensadores helenos hacen los planteamientos que les inquietaron e inquietan al ser humano. El mito de Sísifo es apenas uno de ellos. Para ahondar en el tema bien puede el lector echar una zambullida en el ensayo filosófico "El mito de Sísifo", de Alberto Camus.

CINCO

¿No le ha sucedido que al terminar algo siente satisfacción, que dura minutos u horas? Y en otras situaciones dura días y meses. Pero llega el momento en que sabe que tiene que empezar de nuevo. No como otra etapa del mismo proceso, sino como algo exactamente igual que la anterior, solo que en otro tiempo, otras circunstancias, y con otras personas.

SEIS

Un ejemplo por ahora es lo que sucede en Nicaragua. Contra Somoza, una revolución, y el triunfo sandinista en 1979. Y lo que ahora se deja entrever, es como si fuera el inicio de otra. Y en otros ámbitos, a una carrera atlética sigue otra. A un partido deportivo sigue otro. A un aprendizaje sigue otro. A un amor sigue otro. A un viaje sigue otro. A un libro leído sigue otro. A la edición de un diario, sigue la de la mañana siguiente. Y así.

SIETE

Hay quienes cierran su ciclo luego de un triunfo, o desisten cuando son derrotados. Entonces se dedican  "a otra cosa mariposa". Pero hay quienes empiezan de nuevo como si lo anterior ya no existiera, o quedara en un pasado que se aleja.  Ya no les satisface lo hecho. Y con el mismo ímpetu, animosos, como en las anteriores empresas y luchas, empiezan de nuevo. Y por supuesto que eso hace diferentes a unos y otros, en mucho.

OCHO

En los pueblos los ciclos son de gobiernos. En el nuestro es de un sexenio o trienio a otro; de una generación a otra. Esperanzados en el inicio, desesperanzados al final. Y a ilusionarse de nuevo. Círculos que empiezan de nuevo. Serpientes que se muerden la cola. Nuevo calendario para nuevas promesas y empresas, para nuevas ilusiones que traen aparejadas las desilusiones. En lo político sí, pero no solamente en eso.

NUEVE

Por eso el poema de Bertolt Brecht:

"Hay hombres que luchan un día y son buenos. /Hay otros que luchan un año y son mejores./Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos./Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles".

DIEZ

Solo de esa manera se puede entender y comprender lo que sucede en todos los ámbitos, sea en lo doméstico, en la política y en la educación, en el deporte y la academia. ¿Ya dije en la política? Sí, efectivamente. Nunca, nada se hace por y para siempre y queda fijo por los siglos. Siempre hay que empezar de nuevo, como Sísifo. Porque en la vida, aunque parezca una contradicción, lo único que permanece es el cambio constante.