Villahermosa.-

OBISPO ´QUINCEAÑERO´

• Conmemora Monseñor Gerardo de Jesús Rojas López, 15 años al frente de la Diócesis de Tabasco.

Este domingo, Monseñor Gerardo de Jesús Rojas López conmemoró 15 años de su nombramiento como XIII Obispo de Tabasco, designación efectuada por el Papa Benedicto XVI el 7 de diciembre de 2010, en reemplazo de Benjamín Castillo Plascencia, quien asumió posteriormente la titularidad de la Diócesis de Celaya.


En su tradicional rueda de prensa dominical, el prelado originario de Teocaltiche, Jalisco, expresó profunda gratitud al "Altísimo" por la oportunidad de haber servido a la filigresía católica tabasqueña durante este lapso, y manifestó su deseo de continuar aportando a la construcción de una sociedad más justa y espiritual desde su ministerio episcopal.

Rojas López destacó el vigor de la fe local durante el Año Jubilar, que concluye en breve, periodo marcado por una afluencia masiva de devotos que superó con creces la infraestructura disponible en la Catedral del Señor de Tabasco.

Particularmente, la búsqueda del sacramento de la reconciliación y el paso por la "Puerta Santa" —símbolo de misericordia y perdón— generaron colas interminables, obligando a las autoridades eclesiásticas a improvisar confesionarios temporales.

"Los cuatro espacios fijos no bastaron para acoger a tantos penitentes en busca de redención; fue un testimonio vivo de la sede espiritual de nuestro pueblo", relató el obispo, subrayando cómo esta efervescencia religiosa rebasó las expectativas y fortaleció los lazos comunitarios en un momento de celebración universal de la Iglesia.

No obstante el entusiasmo pastoral, Rojas López alertó sobre un panorama social "complejo y desafiante" que amenaza los pilares éticos tradicionales.

Criticó cómo reformas legislativas recientes y corrientes culturales contemporáneas promueven una visión del matrimonio y la vida intrauterina contraria a la doctrina eclesial, lo que, a su juicio, distorsiona la percepción colectiva de la dignidad humana desde la concepción.


A estos elementos se agregan crisis de salud pública y seguridad, con énfasis en el flagelo del consumo de drogas y alcoholismo, que el obispo identificó como "agentes corrosivos" de la conciencia social.

"Estos vicios no solo deterioran el tejido familiar, sino que alejan a las personas de la espiritualidad y la comunión con Dios, exacerbando la violencia y la indiferencia que no conocen límites en nuestra entidad", advirtió, recordando episodios recientes de inseguridad que han enlutado a comunidades enteras.

En este aniversario, Monseñor Rojas López llamó a la unidad entre Iglesia, sociedad civil y autoridades para contrarrestar estas dinámicas, apostando por una pastoral que integra caridad, educación y oración como antídotos frente a la secularización y la deshumanización.