Cunduacán.- Saúl M.V., de oficio afanador, con domicilio en el fraccionamiento Playa Azul de esta localidad, regresaba junto con su esposa e hija de la comunidad de Huacapa y Amestoy, a donde habían acudido a visitar a unos familiares a bordo de una camioneta cerrada.

EMBOSCADA

• Eran aproximadamente las 10:20 horas de la noche del martes, cuando la familia ya se disponía a enfilar hacía la cabecera municipal, a bordo de una camioneta Nissan con placas WSY-759-A del estado, pero la tragedia ya los rondaba, porque antes de subir la llamada “rampa de Huacapa”, un grupo de sujetos los interceptó, obligando a la esposa de Saúl a detener la marcha.

Invadida por el miedo y la confusión, la mujer se detuvo, y sus ojos fueron testigos de cómo de un automóvil color blanco, descendió un sujeto con una pistola en mano y el rostro cubierto con pasa montaña, mismo que tajante, le ordenó: -“¡Bájense! 

• Sin pensarlo, la mujer tomó de la mano a su menor hija y caminó unos metros atrás.

Seguidamente, el sicario se paró frente al asiento de copiloto, y sin pensarlo accionó en dos ocasiones una pistola de alto calibre, en contra de Saul, quien fue atravesado en el pecho por el proyectil, quedando moribundo dentro de su camioneta.

Una vez cumplido su objetivo, los delincuentes huyeron por la carretera Cunduacán con dirección a Tulipán, donde se le esfumaron a los uniformados que lo más rápido posible llegaron a la escena.

MORTAL

La esposa del intendente del Hospital Regional, quien se desempeña como enfermera, regresó a ver qué había pasado, pero, su esposo ya estaba “bañado” en sangre, con lágrimas en sus ojos, quiso darle los primeros auxilios, pero solo sintió como su vida se le esfumó entre sus brazos, quedando sobre la cinta asfáltica.

Rápidamente, los curiosos invadieron la escena, y los policías que ya estaban en el lugar de los hechos se apuraron a acordonar, para luego darle aviso al personal de la Fiscalía en esta demarcación del violento homicidio que se acababa de perpetrar.

Entre los vecinos que estuvieron de curiosos se comentó que Saúl M.V., no merecía morir de esta manera, ya que era una persona muy clamada que no se metía con nadie, sobre todo luego que tiempo atrás había estado a punto de morir de una enfermedad.