Cervantes, Shakespeare y los libros

En las obras completas de Shakespeare, editadas por Aguilar, leemos en la página 119: Shakespeare “

Con motivo del Día Mundial del Libro, comentábamos en nuestra colaboración anterior que la fecha señalada por la UNESCO, 23 de abril, es debido a que, en esa fecha, pero de 1616 murieron los dos más grandes genios de las letras española e inglesa: Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare.

Alcanzamos a aclarar entonces que efectivamente el autor de Don Quijote murió un 23 de abril de 1616 de acuerdo al Calendario Gregoriano, vigente en el mundo católico, y el deceso del dramaturgo y poeta inglés aconteció también un 23 de abril de 1616 pero de acuerdo al Calendario Juliano, vigente en el mundo protestante en ese año: y entre esos dos calendarios hay diez días de diferencia.

En las obras completas de Shakespeare, editadas por Aguilar, leemos en la página 119: Shakespeare “… muere el martes 23 de abril de 1616 (3 de mayo de nuestro calendario), diez días después de bajar a la tumba otro ingenio de la misma talla, nuestro inmortal Cervantes. Ambos mueren luego de haber abrazado a toda la humanidad”. Hagamos una breve reflexión histórica:

Con la ayuda de sus avanzados estudios astronómicos fue la cultura egipcia la primera en medir con asombrosa precisión el número de días y las estaciones del año. De manera similar los mayas lograron también medidas y cálculos muy certeros. Y al ver que la medida de un año les resultaba con 365 días y 6 horas los egipcios crearon el año bisiesto. De manera similar los mayas lograron también medidas muy certeras.

La precisión del calendario egipcio provocó tal asombro en el emperador romano Julio César cuando llegó a Egipto, que lo adoptó para usarse en el Imperio con los ajustes que el astrónomo griego Sosígenes de Alejandría le hizo por instrucciones del mismo emperador. Este calendario se usó desde el año 46 a. C. hasta el siglo XVI sufriendo varias modificaciones a lo largo de estos siglos: por razones obvias se le llamó Calendario Juliano.

En 1582 el Papa Gregorio XIII, para adaptar el año a las fechas católicas, abolió el calendario Juliano y estableció el día 1 de enero como el principio del año y le restó diez días: en ese año de 1582 la gente se acostó a dormir un 4 de octubre y al día siguiente se despertó un 15 de ese mes. Es la única vez en la historia que octubre tuvo 21 días. A este nuevo Calendario se le llama Gregoriano y fue adoptado por el mundo católico desde 1582; luego paulatinamente fue adoptado por todo el mundo hasta el día de hoy.

En 1616, año en que murieron Cervantes y Shakespeare, Inglaterra Protestante no había adoptado el calendario gregoriano debido a la ruptura que se dio desde 1533 entre Enrique VIII, rey de ese país, con la Iglesia Católica que no le daba el divorcio para casarse con Ana Bolena.

Y la diferencia de diez días permaneció entre ese país y el mundo católico desde 1582 hasta 1752 en que Inglaterra por motivos comerciales adoptó por fin el Calendario Gregoriano. De ahí que el dramaturgo inglés murió un 3 de mayo de acuerdo al Calendario Gregoriano y un 23 de abril pero de acuerdo al Calendario Juliano.

Aun así las coincidencias son asombrosas y por ello ha quedado el 23 de abril como la fecha del Día Internacional del Libro y del Autor.

Como parte de los festejos de ese Día es enviar regalos de libros a familiares o amigos, así como también enviar saludos a los amigos autores de libros, aprovecho para saludar desde aquí a mis amigos autores Enrique Canudas Sandoval, Jorge Priego Martínez, Geney Torruco Sarabia que no sé cual tomo de “Villahermosa Nuestra Ciudad” está hoy escribiendo. Aprovecho también este espacio para saludar a nuestro amigo y paisano Humberto Mayans Canabal que con orgullo nos enteramos que su libro “Antimemorias”, editado por Porrúa, se está vendiendo hoy en las librerías de Londres en Inglaterra.

Curiosamente, en aquellos pueblos donde la gente no lee libros, donde no se acostumbra la lectura, aquellos que escriben libros generan envidias y odios porque como dijera el escritor Oscar Wilde: “La masa tolera todo menos el talento”. El talento genera envidias, críticas infundadas y dolosas.