OPINIÓN

El Gobierno de Javier May no puede fracasar
18/08/2025

Primera de dos partes

El fracaso del gobierno de Javier May retrasaría 50 años la historia de Tabasco. Echaría atrás buena parte del contenido de la modernización política y social del estado sobre todo en el sentido de dejar de ser una entidad siempre gobernada y administrada por una élite de propietarios territoriales y una burocracia partidista dependiente de éstas -las clases política y burocrática que ya denunciaba Octavio Paz en el Ogro Filantrópico-.

La gran esperanza de la confluencia del Movimiento Democrático de Tabasco (que en realidad era varios movimientos: reclamaciones petroleras ecológicas y económicas, resistencia indígena, ejidatarios y comuneros, pequeños propietarios, resabios de la izquierda Cardenista y Henriquista, defensa de los derechos humanos, movimientos laborales de empleados públicos, resistencia democrática sindical dentro de PEMEX, Cooperativistas y demócratas dentro del PRI, etc.) con la campaña de Andrés Manuel López Obrador, era que, textualmente, como se dijo entonces, "participaban por primera vez quienes nunca participaban en política". Y así se demostraba que no sólo se había dado una modernización de la estructura económica del estado sino que también avanzaba la modernización de la estructura social (podemos revisar cómo en los textos y discursos de Enrique González Pedrero el desarrollo se definía siempre, y se buscó, como una cuestión y objetivo social más que económico).

Nominalmente el triunfo llegaría con la victoria electoral del PRD en 2012 y la llegada de Arturo Núñez al gobierno del estado, y seguiría con el gobierno de Adán Augusto López-Carlos Merino, pero a nadie se le escondió que en realidad en el primer caso se trataba del grupo expriísta de la Agrupación Pino Suárez, aunque se nombraron a algunos personajes de la izquierda en importantes secretarías (Salud y Educación). Y en el segundo caso fue evidente la repetición de funcionarios de la burocracia mencionada antes. No es hasta 2024 que llega a la gobernatura alguien que se formó en la militancia y lucha obradorista y que no pertenece a los estratos sociales acostumbrados. Por eso el fracaso de su gobierno pondría en riesgo el cambio y movilidad social que se propuso el Obradorismo, siguiendo en realidad el camino señalado localmente por Enrique González Pedrero.

          Para no fracasar, el gobierno de May tiene que hacer frente a las grandes carencias, problemas y promesas no cumplidas que han arrastrado todos los gobiernos anteriores: resolver el problema de una atención de salud digna, de calidad y en todo el territorio estatal, ofrecer empleo u ocupación estable o permanente y con ingresos dignos a la mayoría de la población, resolver el gravísimo problema de la corrupción en la educación estatal respecto a los nombramientos y funcionamiento de toda  la estructura magisterial que se refleja en la calidad y prestigio de la educación estatal, asegurar un salario digno y menos diferencial a los empleados públicos, contener la contaminación provocada por las instalaciones petroleras, resarcir y rehabilitar los daños y terminar la obras y proyectos de protección hidráulica según el proyecto de 2012, cuando menos.

Revisar la calidad del equipamiento urbano de todas las ciudades, cabeceras y pueblos.  Además de recuperar y dar mantenimiento a toda la infraestructura pública de todo el estado, sin abandonar la construida en los sexenios anteriores. Y la promesa, por supuesto, de reducir la tradicional gran desigualdad social en todos los ámbitos de la sociedad tabasqueña. Superar de una vez por todas la condición estamental tradicional de la sociedad tabasqueña. Y para esto se necesitan nuevas y creativas ideas alternativas. Continuará: Los lastres que se deben soltar para avanzar.  (Profesor e investigador de la UNAM)





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