LEALTAD ELECTORAL

En diciembre del 2018 estando en el zócalo capitalino y acompañado de Alfredo Zavala

En diciembre del 2018 estando en el zócalo capitalino y acompañado de Alfredo Zavala, algunos compañeros reporteros de la ciudad de México me preguntaron cuál era la ruta que se esperaba del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Parte del diálogo fue replicado en el diario Reforma, remarqué en ese entonces que para entender lo que venía, no había que apartarse de los más de 20 años que el paisano pasó recorriendo plazas públicas para llegar a Palacio Nacional.

Desde entonces, afirmé que AMLO se mantendría ocupado en pasar a la historia como el Presidente de los pobres, escenario que el jefe político de a 4T reafirmó el pasado martes en Palacio Nacional durante sus conferencias matutinas, afirmando que en materia de respaldo político, los pobres son leales. 

“Ayudando a los pobres va uno a la segura porque ya saben que cuando se necesite defender, en este caso la transformación se cuenta con el apoyo de ellos...No así con sectores de clase media, ni con los de arriba, ni con los medios, ni con la intelectualidad, entonces no es un asunto personal, es un asunto de estrategia política”, remarcó el presidente ante medios nacionales.

La gobernanza de los pobres, no es un debate nuevo en el sistema político mexicano. En la era moderna, Carlos Salinas de Gortarí la aplicó técnicamente para convertir el gasto social en apoyo popular a su sistema político, cosa que logró en sus primeros cinco años de gobierno de manera eficiente y que se replicó a su favor en el tramo electoral de 1991 a través de su programa “Solidaridad”.

Sin embargo el común denominador de los gobiernos que han administrado la pobreza, desde el PRI de Salinas de Gortari, pasando por los panistas Fox y Calderón hasta llegar a la 4T es el mismo: Más  dinero a gasto social igual a la generación de más pobres.

Solidaridad, Prospera, Progresa o como quiera usted etiquetarlos,  han mantenido en su momento un extenso catálogo de programas que sin embargo no promueven la productividad como factor para erradicar la pobreza, ya que se limitan al asistencialismo.

La eficacia de este tipo de políticas públicas sin embargo, se traduce en votos. 

Lo novedoso en la declaración del Presidente, es el reconocimiento tácito a que este tipo de acciones impactará los resultados de las elecciones presidenciales del 2024. 

Los pobres han sido leales no solo en los tiempos de la 4T. El viejo régimen conoce el mecanismo para garantizar ese respaldo, así que los opositores enfocarán sus baterías en las clases medias, para enfrentar la lucha electoral que se avecina y equilibrar el ejercicio del poder.

AMLO también lo sabe, por ello marca su raya con ese sector de la población, apostando a su base social para mantener la continuidad de su proyecto.

El “humanismo mexicano” pues, en materia electoral ya tiene su ruta. Arranca con una base de 19 millones de votos que representa no “el voto duro” de Morena, sino el “bono electoral”  del Presidente por su identificación con los pobres del país. 

Hay quienes consideran que son suficientes para impulsar la victoria de cualesquiera de sus corcholatas en las elecciones presidenciales del 2024.

El voto leal, el que marcha y acude a las urnas.

KYBALIÓN.- No se puede perder de vista que el “voto leal” en Tabasco se ha movido de una manera impresionante.

De más de 921 mil votos en 2018 en favor del “peje”, hasta los 472 mil de las elecciones intermedias del 2021 para los candidatos de Morena.

Solo la revocación de mandato pudo recuperar en Tabasco al apoyo del paisanaje, alcanzando 672 mil papeletas de respaldo.

AMLO pues, no puede cargar sobre sus espaldas un candidato a la gubernatura que le reste votos. Sin lugar a dudas requiere  de un abanderado popular que marque la diferencia, sea hombre o mujer.

¿Usted no lo cree?