Escala Crítica
09/05/2025
Claudia Sheinbaum: una intensa batalla en varios frentes para ejercer el poder
*Las presiones de Trump y la oportunidad de acotar al narco
*Desmantelar las redes de complicidad entre política y delito
*Lucha por la hegemonía en Morena; Poder Judicial, en discordia
VARIOS SON LOS ASUNTOS que están en proceso en estos días y todos tienen que ver con el ejercicio del poder y la consolidación de la presidencia de la doctora Claudia Sheinbaum. A siete meses de haber asumido el cargo, las encuestadoras le reconocen una aprobación del 80 por ciento en promedio, con calificaciones aprobatorias en todos los rubros (pensión universal, programa de vivienda, actuar frente Donald Trump y acciones en seguridad).
Como usted sabe existe una tensión permanente por las presiones diarias de la administración actual de Estados Unidos, sobre todo con el amago de los aranceles tomando como pretexto el combate al narcotráfico. Históricamente la sombra del poderío estadunidense, y de sus ambiciones territoriales, han gravitado sobre México. En la actualidad son mucho más explícitas y agresivas.
ROMPER LOS AMARRES
LA PRESIDENTA Claudia Sheinbaum ha tenido que lidiar no sólo con los representantes de los partidos opositores –una franja aún desarticulada, pero con recursos-, también como parte de la necesaria competencia de propuestas, sino con las corrientes y grupos internos en la coalición encabezada por Morena. Ya se ha dicho que más que un bloque ideológico, Morena es una suma de agrupaciones, liderazgos –reales y supuestos-, y de intereses (muchas veces contradictorios) que logró conjuntar en su entorno Andrés Manuel López Obrador.
También veremos crecientes presiones de los aliados coyunturales de la coalición en el poder (PT y PVEM), cuyos modos políticos son ampliamente conocidos. Serán mayores las presiones conforme se acerque la elección intermedia y en busca de reparto de posiciones. Es su forma de operar y subsistir.
Como señalamos en otras ocasiones, y en esto coinciden varios observadores, el problema de la delincuencia criminal organizada dejó de ser un asunto de seguridad pública para convertirse en tema de seguridad nacional, de seguridad del Estado. Es por tal razón que la política pasó al ámbito de lo policiaco, y a la inversa.
En este sentido, las presiones de Donald Trump con el pretexto de combatir al narcotráfico pueden resultar favorables a la presidenta Sheinbaum porque le permitiría sacudirse el ingrediente mafioso y delincuencial incrustado en la política, en los partidos y en no pocas instituciones.
Este hecho –la presión extranjera contra las bandas criminales-, de alguna manera ayudaría a Sheinbaum porque introduce un factor que obligará a romper los "pactos" nacionales de algunos segmentos político partidistas vinculados a las bandas del crimen organizado, y a otros mecanismos ilegales para la defraudación de los recursos públicos. Estos pactos nacionales –que vienen de muchos años atrás- no podrían sostenerse por efecto de la presión externa...a menos que consigan negociar extra fronteras; es decir, que se aventuraran a negociar con representantes de Estados Unidos, lo que se antoja sumamente difícil, aunque no imposible.
MORENA, MILITANTES, JUECES
OTRO FACTOR innegable que presiona a la presidenta Sheinbaum es la campaña de afiliación de Morena. Resulta obvio que existen por lo menos dos bloques que se disputan el liderazgo de la coalición en el poder. Dos bloques integrados por corrientes diversas y grupo afines. Aprovechan para incorporar afiliados que inclinen la balanza hacia un segmento más conservador.
Y es que por un lado están quienes se identifican con la izquierda y la presidenta Sheinbaum (buena parte de esta con base en la Ciudad de México), y por otro quienes buscan construir contrapesos dentro de Morena incorporando a jefes de grupos procedentes del PAN y del PRI, y quizá del PRD. En este mismo sentido operan con el Partido Verde y con el PT, dos organizaciones bisagra o tipo válvula. No es casual que, como parte de este jaloneo interno, Sheinbaum haya enviado una carta de definiciones al congreso nacional de Morena, con la que de alguna manera pinta su raya por escrito como ya lo ha hecho verbalmente. Veremos las consecuencias en estos días.
Un frente de batalla adicional es el poder judicial. Sería ingenuo pensar que quienes le disputan el poder a la Presidenta –tanto en la oposición partidista como desde un sector de Morena- no estén también utilizando sus recursos y estructuras para catapultar a esta otra trinchera a sus operadores o asociados.
Varios analistas han advertido que existe una estrategia para tratar de arrinconar a la mandataria. E inclusive apuntan hacia un pretendido desplazamiento de la Presidencia cumplidos los dos años que marca la Constitución para que no haya nuevas elecciones, aunque también no descartan el recurso de la revocación de mandato. Esta última operación se complica porque va amarrada con las elecciones intermedias.
La doctora Sheinbaum tiene una base extraordinaria –por su propio esfuerzo y también como heredera del movimiento lopezobradorista y de la izquierda histórica-. Hay quienes sostienen que llegó al poder con una camisa de fuerza por los diversos intereses que confluyen en Morena, tanto los legítimos como los ilegítimos, así como por las decisiones transexenales de López Obrador. No todos quieren el cambio, o el cambio que pretenden tiene diversos significados. En algunos priva el llamado gatopardismo: cambiar algo para que todo siga igual. O aún peor: hacer que se cambia para retroceder.
DEJA UN COMENTARIO