*Los desastres no son inevitables; una carrera contra el tiempo

*Del Muro de Trump a las "cortinas de desarrollo" y las plantaciones

*Sembrar, pero también cultivar: una cultura de la prevención

LA DEFORESTACIÓN EN MÉXICO es una "receta perfecta para el desastre", advirtió el Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), en julio de 2023.  Ya anteriormente, otros estudios habían documentado el impacto que en Tabasco ha tenido el sistema de "selva arrasada" para la ganancia rápida y temporal sobre todo en el caso de la ganadería y la industria petrolera; en las ciudades se padece también la especulación comercial e inmobiliaria por la falta de terrenos propicios para construir viviendas.

La jornada realizada el domingo para la reforestación estatal con más de dos millones 700 mil árboles plantados según cifras oficiales, tiene este contexto.

Se entiende la incredulidad frente a los proyectos gubernamentales. En especial en lo que se refiere a la siembra de árboles, programas que en el pasado sirvieron para justificar millonarios desvíos de recursos. Esta vez será diferente, asegura el gobernador Javier May.

Un seguimiento de las plantaciones tiene que ser el remedio para evitar las viejas prácticas. De la convocatoria dominical también deberá surgir una campaña permanente para la conciencia del entorno ambiental y su relación con la seguridad patrimonial y vital. Nunca será suficiente recordar la vulnerabilidad del territorio tabasqueño ante los fenómenos climatológicos. Pero también hay maneras de prevenir.

EROSIONES E INUNDACIONES

EN EL REPORTE de Ecosur al que hago referencia en las primeras líneas se lee:

"En 20 años, México ha perdido 736 mil hectáreas de bosques primarios, lo suficiente para cubrir casi cinco veces su capital, Ciudad de México, confirman datos de la plataforma de monitoreo satelital Global Forest Watch (GFW). Y esto es solo algo más del 15 por ciento del total de cobertura forestal perdida, unos 4,7 millones de hectáreas.

"El país aún no se ubica en la lista de los diez que más bosques primarios han perdido en el mundo, donde lidera Brasil, seguido de otros vecinos latinoamericanos como Bolivia (3), Perú (5) y Colombia (6). Pero el avance de la deforestación en México tiene causas y consecuencias significativas dentro y fuera de sus fronteras.

"Con más del 70 por ciento de su territorio (138,7 millones de hectáreas) cubierto por algún tipo de vegetación forestal, según datos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), México es uno de los 12 países "megadiversos" que albergan el 70 por ciento de la flora y fauna del planeta".

Sin duda que uno de los estados que todavía cuentan con una "megadiversidad" en sus ecosistemas es Tabasco. Aunque la depredación ha sido bárbara.

CORTINAS DE PROTECCIÓN

PARA RESPONDER a las presiones de Donald Trump, quien había ideado un muro fronterizo que impidiera el paso de los migrantes hacia Estados Unidos, Andrés Manuel López Obrador anunció que se establecería en México "cortinas de desarrollo". Esto es, opciones para arraigar a las familias en sus comunidades. Quien salga de su pueblo, quien emigre, que sea por gusto y no por necesidad, argumentó en varias ocasiones.

Surgieron así varios programas, en especial el denominado "Sembrando Vida" y los Bancos de Bienestar. El modelo de referencia fueron los Centros Integradores impulsados en Tabasco por Enrique González Pedrero. Localidades que fueran sitios para acercar el gobierno y los servicios a las comunidades a partir de una tendencia histórica, de las costumbres de la gente para reunirse en determinado lugar.

Como parte de esas "cortinas de desarrollo", el programa Sembrado Vida se propuso la plantación de árboles frutales, maderables y cultivos diversos. Un esquema agroforestal que permitiera a las familias campesinas tener ingresos a corto, mediano y largo plazos. De acuerdo a cifras oficiales, en el país se establecieron durante el sexenio de AMLO más de 26 mil 850 núcleos del citado programa en 24 estados.

Al corte de julio de 2024 se aseguró que con el "programa de reforestación más grande del mundo", se habían cubierto más de un millón de hectáreas, con empleo permanente para más de 442 mil sembradores a quienes se apoyó con 75 mil pesos por año.

El actual gobernador tabasqueño Javier May Rodríguez tuvo a su cargo el programa nacional de Sembrando Vida, primero como subsecretario y luego como secretario de Bienestar. El énfasis se puso en la siembra de árboles, en la reforestación.

No es casual, entonces, que en Tabasco haya propuesto Javier May una versión estatal de Sembrando Vida, de manera que a los 60 mil sembradores y sembradoras del programa federal se agregaran como meta de este sexenio 50 mil en el plan local para hacer un total de 110 mil beneficiados. Ocupar territorio...plantar para plantarse.

Los recursos destinados a Sembrando Vida no irían a fondo perdido, se entiende, sino que tendrían una tasa de retorno a las familias y comunidades. Algo similar debe ocurrir con las plantas sembradas en la Jornada de Reforestación, sólo que el beneficio de retorno sería para todo el estado. De ahí la importancia de un manejo escrupuloso del seguimiento y sus resultados.

AL MARGEN

A BENITO JUÁREZ se le atribuye la frase: "el triunfo de la reacción en moralmente imposible". Se podría decir sin equivocarnos que "el triunfo de la corrupción es moralmente imposible". En efecto, la corrupción en sí ya es una derrota moral. (vmsamano@hotmail.com)