OPINIÓN

ESCALA CRÍTICA

Escala Crítica
09/12/2025

Los informes, el liderazgo, las decisiones; una etapa de evaluación, poder para servir

  • Llenar las plazas no sólo demostración de fuerza, es compromiso
  • Las revoluciones silenciosas, también cuentan; un legado cultural
  • Definir qué hacer y luego quién puede hacerlo, desafío permanente 

COMO ERA de preverse, fue masiva la concentración convocada por la presidenta Claudia Sheinbaum para celebrar los siete años de la llegada a Palacio Nacional del Movimiento de Regeneración Nacional y sus aliados. En diciembre de 2018, el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador asumió la Jefatura del Ejecutivo Federal; se anunció entonces el inicio de la Cuarta Transformación de México, teniendo como referentes la Revolución de Independencia de 1810 (la Primera), el Movimiento de Reforma encabezado por Benito Juárez de 1857 (la Segunda), y la Revolución Mexicana de 1910 (la Tercera).

Cierto que las fechas son sólo una referencia, porque los movimientos sociales tienen raíces profundas. Porque también podría hablarse de la resistencia indígena encabezada por Francisco Tenamaztle (muerto en 1556), quien encabezó una rebelión que de alguna manera se enmarca en la revolución silenciosa que impulsaron personajes como Vasco de Quiroga (fallecido en 1565) y Bartolomé de las Casas (fallecido en 1566); o también de una "revolución dentro de la revolución" con la etapa encabezada por Lázaro Cárdenas (1934-1940).  

Se debate, cierto, si estamos ante una verdadera transformación. Como advirtió la presidenta Sheinbaum ante la multitud reunida en el zócalo, pero como un mensaje para quienes despachan en el poder de la 4T:

"No olvidemos que la transformación verdadera no sólo es económica y social, también es ética y moral, y para que perdure debe nacer desde el carácter, la honestidad y la convicción de quienes han sido llamados a conducirla. Creemos en la justicia y la transformación significa nunca alejarse del pueblo, predicar siempre con el ejemplo. Esto le dará siempre larga vida a la transformación de México".

INFORMES Y RENDICIÓN DE CUENTAS

CORRESPONDIÓ a la presidenta Claudia Sheinbaum su informe anual el uno de septiembre; al gobernador de Tabasco, Javier May, el 9 de noviembre; en esto días los y las titulares de las alcaldías tabasqueñas cumplen con esta formalidad constitucional. En algunos casos es simplemente un trámite, producto de una costumbre que aún está distante de la verdadera rendición de cuentas; en otros casos, por fortuna, se ha logrado que la población sea también la contraloría social de las obras y acciones.

El informe de un gobernante no sólo es el recuento de lo realizado y la necesaria comparación con lo comprometido, con las expectativas ciudadanas. Es también valoración de su liderazgo y la presentación de lo hecho por sus colaboradores, sujetos al escrutinio público.

Comentamos en este espacio hace más de un año que la primera y más trascendente decisión de un gobernante es la designación de su gabinete. Como bien decía un conocedor de la administración pública: los resultados se garantizan cuando se escoge a la persona en función del cargo o encargo, y no al revés. Primero lo que se va a hacer y luego quién y quiénes son personas adecuadas para hacerlo.

Se entiende también que la designación de colaboradores en el arranque de un gobierno obedece a compromisos de campaña, afinidades personales (amistad o cercanía) o ideológicas (el partido o las alianzas). De esa manera, hay una etapa de curva de aprendizaje, pero también de curva de desempeño. Informar lo realizado es también una evaluación de lo hecho, que no se limita a lo cuantitativo sino que se enfoca a la realización del proyecto, lo cualitativo.

Lo que cuenta al final de un sexenio o un trienio no son los favores o compromisos personales cumplidos, sino la respuesta a las expectativas de las mayorías.

LLEGAR PARA TRABAJAR

SE HA HECHO recurrente el dicho de Salvador Neme para defenderse él y a su gabinete frente a las presiones y las críticas: juntos llegamos y juntos nos vamos. Y se fueron. Esto en un tiempo en que debió enfrentar las presiones del grupo de Carlos Salinas de Gortari, las de una creciente oposición encabezada por AMLO... y sus propios errores, pero sobre todo de sus colaboradores.

Otra anécdota de los pasillos del poder. Cuentan que cuando Arturo Núñez recibió la constancia de mayoría llamó a sus amigos y conocidos para informarles que estaba integrando su gabinete. Uno de los convocados le dijo:

"A ver Arturo, si trabajamos para llegar...ahora que llegamos ¿quieres que trabajemos? Esto no es negocio".

Y no lo debe ser, porque es cuando se llega al poder es cuando más exigencias hay.

Otra anécdota.  Me dijo un político ya fallecido: la primera muestra de afecto y lealtad a un amigo que llega al poder es no aceptar un cargo para el que uno no está preparado o no está dispuesto a desempeñarlo con la mayor responsabilidad. Ser colaborador de un amigo es doble compromiso, porque se debe ser mejor que el resto.

De igual manera los cargos no deben ser vistos sólo como un escalón para el siguiente puesto público. Son un compromiso de servicio público.

AL MARGEN

Lo dijo la presidenta Sheinbaum:

"Se trata de construir o seguir construyendo una nueva ética desde el poder".
  • (vmsamano@hotmail.com)





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