OBSERVATORIO DE DATOS: Fentanilo: Creciente, Adictiva y Letal Amenaza

El fentanilo se fabrica en laboratorio, mediante procesos químicos relativamente simples. Es un opiáceo sintético

Los opiáceos naturales y sintéticos actúan sobre el sistema nervioso central y el cerebro, tienen efectos similares a las endorfinas, interviniendo en el funcionamiento de las neuronas y mitigando el dolor; desencadenan sensaciones de euforia, felicidad y tranquilidad asociadas con actividades como el ejercicio físico, la meditación, la risa o el masaje. El uso de drogas opioides disminuye la producción de endorfinas en el cerebro, quien las consume queda desprotegido ante el dolor y necesita dosis má altas, ya no para sentir euforia sino para dejar de sufrir. A diferencia de la morfina y la heroína, obtenidas a partir del opio de la amapola, el fentanilo se fabrica en laboratorio, mediante procesos químicos relativamente simples. Es un opiáceo sintético, y como la morfina o heroína, tiene efectos analgésicos.

La industria farmacéutica lo produce para anestesiar, tratar el cáncer, el dolor agudo y crónico; se utiliza desde hace mucho en cirugía y traumatismos. Son medicamentos seguros bajo indicaciones médicas y periodos cortos. Pero aún en cantidades ínfimas puede tener efectos adversos graves, como la insuficiencia respiratoria, ya que es 50 veces más fuerte que la heroína y 100 más que la morfina. Bastan 2 miligramos para ser letal.

En China, el consumo de opio con fines medicinales data de la dinastía Tang (618-907). En 1620, con la introducción del tabaco por los holandeses, la mezcla del opio con tabaco se expandió por el sudeste de China. A inicios del siglo XIX, favorecidos por la relación de China con Gran Bretaña, los británicos introdujeron la venta de opio, lo cual trajo terribles problemas sociales y de salud pública. Hoy, como hace 2 siglos, la historia se repite.

El trasiego de opioides y sus ingredientes químicos principalmente desde China, generan esta amenaza, ya que productores y traficantes de drogas ilegales están utilizando el fentanilo como aditivo de otras drogas; en la heroína, cocaína y metanfetaminas, potenciando sus efectos eufóricos y adictivos, disminuyendo costos al producir más dosis con menos. De ahí su popularidad y gran demanda. Al no existir control ni conocimiento sobre las cantidades añadidas, los casos de muertes repentinas por sobredosis son cada vez más comunes. Más de 150 personas están muriendo cada día por opioides sintéticos, Estados Unidos registró 107 mil en 2021.

En Febrero de 2022, en Argentina murieron 24 personas por cocaína adulterada con fentanilo. Y la epidemia crece y se acerca. La “zona cero” se encuentra en Tijuana, gravitando a ambos lados de la frontera. En México se reportan entre 2 y 3 decenas de decesos anuales; pero en 2023 será más letal. En Sonora hasta el mes pasado ya se reconocían 10 muertes por fentanilo. Y es que investigadores, organizaciones y la misma Secretaria de Salud coindicen en un abultado subregistro, estimándose hasta 500 muertes por año.

Ahora, lo más peligroso es su crecimiento exponencial. El Informe Mundial sobre las Drogas 2022 dio a conocer que el consumo de narcóticos sintéticos en México se incrementó a más del doble (220%). Y de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco, se detectó que 1 de cada 10 había consumido cualquier droga alguna vez; en particular, 1 de cada 15 adolescentes. Una peste accesible y adictiva para un fresco y nutrido caldo de cultivo.

Sin duda que ya existen estrategias institucionales de contención, pero también es necesario erradicar la estigmatización que sufren los consumidores y enfermos; no solo la social, sino muchas veces también en centros de atención, hospitales y en la familia, donde no son vistos con prioridad. En esas condiciones, buscar ayuda resulta infructuoso, la persona se siente devaluada y discriminada, sin autoestima, con más probabilidades de sumarse al número de decesos o a la efímera vida de delincuente. Acompañarlos con una inversión creciente en su desarrollo, educación y empleo será la cura. Su abandono, la ignorancia y la falta de oportunidades serán el verdadero opio de nuestros pueblos.

( drulin@datametrika.com/Investigador Titular, UJAT/Director General, Datametrika Co.)