Hombre con alas

ALAS, ME SALIERON ALAS. Primero fue un leve dolor al empezar a emerger las protuberancias.

ALAS, ME SALIERON ALAS. Primero fue un leve dolor al empezar a emerger las protuberancias. Eran dos, sí. Un poco atrás de las axilas, en la espalda. Acudí asustado a consulta con la guapa doctora conocida, la de mi cabecera. Y luego de auscultarme minuciosa, de pesarme dijo sonriente: "anda algo pasado de peso. Y eso que le están saliendo son alas". 

YO LLEGUÉ A CASA muy emocionado gritando eufórico: "¡me están saliendo alas!, ¡me están saliendo alas!" Noté algo extraño. No sentí alegría. Solo que me dijeron: "calla, es verdad, te están saliendo alas". Y siguieron en lo suyo, como decir "ya puso huevos la pava", "ha empezado a llover, mete la ropa".  

LA DOCTORA NO ME LO DIJO, no me alertó: "no le diga a nadie nada". Por eso fue que llegué a casa eufórico en mi gritar sobre las alas. Cierto, sentía comezón en esa parte de las protuberancias. Y saber que eran alas, era para mí un regocijo. ¡Alas!, ¡Alas! ¡Podré volar! Y así anduve por varios días y semanas.

¿TE SACO CITA con el psicólogo? ¿O con el psiquiatra? Me dijeron en casa. Luego lo comenté con los amigos, y lo mismo me dijeron. Debes tratarte, eso no es normal. Y yo no sabía qué contestarles. Ni modo que la bella doctora me mintiera, que me engañara. ¿Con qué razón, motivo u objetivo? O que su diagnóstico fuera equivocado. En todo el tiempo que he acudido a ella por algunos síntomas, siempre me ha curado con el tratamiento exacto.

YA NO SÉ SI FUE ELLA quien me besó primero o yo a ella. El caso es que coincidimos en el beso. Fue un largo beso de tornillo. Las almas también se besan. No sé si fue realidad o sueño. Solo sé que desde entonces camino distinto, parece que floto como cinco centímetros sobre el suelo.

HACE DÍAS ME PUSIERON una camisa de fuerza. Batallaron para ponerla, sí. Algo tiene el señor en la espalda. Dijo un enfermero fuerte como guardia. Pelo muy corto como Guardia Nacional. Nunca habíamos batallado tanto para poner esta camisa. Nunca habíamos necesitado de tanta fuerza. Dijo otro. Y me llevaron a un Centro de Salud Mental.

"SÍ, SON ALAS". Dijo el médico, cauto y tranquilo, que me atendió en el sanatorio para personas lúcidas. "Son alas, señor. Aquí estará solo un tiempo. Solo el necesario hasta que se le desarrollen bien. Que estén fuertes. Y pueda usarlas para volar". Y me contó de los pajaritos recién nacidos. Que ni plumas tienen. Y sus alas no tienen fuerza. Y al poco tiempo, con el paso de los días, luego de algunas semanas, empiezan a practicar su vuelo. Y un día se van y no vuelven. Yo le comenté de los perritos que tardan en abrir los ojos varios días. "Y hay humanos que nunca", dijo sonriente y categórico.

CLARO, IRSE Y NO VOLVER a este sanatorio. Sanatorio, igual a nido. Una especie de metáfora, pensé. Alas. Yo ya había visto hombres y mujeres con alas. Muy pocos eso sí. Leían, pintaban, escribían.  Que andaban en pleno vuelo, y bien que planeaban. Les miraba sonrientes. Pensaba. Recordaba. Me pasaron un cuestionario. Preguntas inteligentes. Sobre la relación de periodismo, poesía y filosofía. Qué es más útil cinco pesos en la bolsa o cinco ideas de filosofía. Capciosas, me dije. Son preguntas capciosas. 

MI SUEÑO ES PROFUNDO. Cuando despierto a veces lo hago en casa. A veces en nido. A veces aquí. En esta habitación del sanatorio. Sí, cuando salgo planeo alto. Ando entre escarpadas lomas. No muy alto, eso sí. Pero más alto que el común, sin duda. Y de juego me tiro en picada. "Ten cuidado -me alertan-. No siempre se mide bien la distancia. Y la gravedad es poderosa. Y a veces no es en sueños esa caída. Sino en la vida real".  Yo siento bien el aire en la cara. Siento como una caricia. No olvides el café y la pluma. 

TODO ESO LO PROVOCA el café- Algo tiene. Ya el corrido lo dijo. No es normal lo que sucede. Beso, alas, sanatorio, sueños, casa. No, no es normal. Diagnóstico de doctora. Camisa de fuerza. Todo ello materia para el psicólogo. Las alas, materia del psiquiatra. O el ortopédico. Qué bien me siento esta mañana. Ayer igual. Y mañana. Sueño y vuelo con estas alas.