EL AÑO DE LA HUMILDAD

Allá por 1997 durante una de las campañas a diputado federal en los tiempos de las elecciones no concurrentes, aprendí lo sencillo que era para un abanderado distrital

Allá por 1997 durante una de las  campañas a diputado federal en los tiempos de las elecciones no concurrentes, aprendí lo sencillo que era para un abanderado distrital, amortiguar su campaña con el respaldo de los aspirantes locales.

De tal manera que por separado, cada aspirante local ponía “su estructura” al servicio del abanderado federal a fin de ganar condiciones de competencia. Para el candidato pues y para su partido, mientras más aspirantes locales se sumen a la competencia, mayor es su grado de efectividad electoral.

Lo curioso del ejercicio, radicaba en que cada que un aspirante “movía” su estructura a las plazas para apoyar al abanderado federal, la mayoría de las veces se registraba la participación de los mismos seguidores, solo cambiaban de porra. 

La experiencia aplica desde luego para las precampañas de abanderados a la gubernatura, donde la movilización de estructuras, tiene más “peso”.

La psicología social pues en el trópico en tiempos de campaña, la tienen bien definida los paisanos.

Y es que el tabasqueño, es muy particular a la hora de participar en los arranques de las campañas políticas, en temas de aspirantes es “sui generis”. El celo político o la llamada “hostilidad grupal” se da más entre estructuras partidistas pagadas, que entre ciudadanos o simpatizantes.

El tabasqueño sabe que la sucesión en Tabasco está más que adelantada, inaugurada pues este 2023 en lenguaje “chocoslovaco” el año de la humildad del lado de los políticos y  de averiguar “ quien da más” de lado de los seguidores. Así de sencillo.

En el trópico, no tiene vigencia el criterio del elector para elegir a una persona para solucionar sus problemas o para la toma de decisiones trascendentes, pero sí mide el perfil de sus candidatos con señales no verbales: estatus, calidez y garulla.

Para muestra un botón: el caso “Paquita la del Barrio” en la campaña de Macuspana, donde cada elección solo cambia el artista, pero no el método. 

La empatía social en terrenos de la farándula, da más votos, por ello, no sorprende ver en el zócalo capitalino, al grupo “Firme” o a los “Ángeles Azules” como método de persuasión electoral. Así que no es sorpresa que en los próximos meses, abunden las tertulias sabatinas y los aspirantes generosos.

Más allá del vínculo emocional entre simpazantes, partidos políticos y aspirantes, las campañas en Tabasco tiene una carga irracional, generada quizás por la pasión tropical.

La variante es que desde la llegada de las redes sociales, la despensa para generar simpatías ocasionales, mutó a “saldo” o “recargas”. Así, se corre la voz de quien está pagando mejor y desde luego también, con que aspirante “pobre”, es mejor no acercarse.

El año de la humildad, viene aparejada con el fin de la austeridad. Cuando menos, en los próximos 365 días. 

¿No cree usted amable lector?

Kybalión.- No solo el Senador Ricardo Monreal Ávila, tiene agenda activa en Tabasco en los próximos días. 

El canciller Marcelo Ebrard, le medirá el agua a los camotes en la tierra del Secretario de Gobernación y para ello, su equipo de tierra ya prepara el terreno para placearlo.

El ala política del magisterio se encuentra pues presto a mostrar armas, para acompañar a la corcholata diplomática, donde el reto será conocer si realmente Morena dará “piso parejo” en todo el país a sus cuatro “corcholatas”.