Lo impreso trasciende el tiempo; se reconoce su valor histórico

Hace décadas se debate si los medios impresos desaparecerán

Hace décadas se debate si los medios impresos desaparecerán. Ciertamente hemos visto desaparecer una gran cantidad en los últimos años. Al mismo tiempo, resulta que la propaganda política y la publicidad continúan sirviéndose de los medios impresos. Todo el mundo usa los medios impresos, porque cada vez que alguien desea que algo inmaterial trascienda un poco el tiempo, que se preserve en un estado físico para ser comunicado o recordado después, lo imprime. (Escribir, aunque sea con lápiz, es una impresión.) 

La imprenta de tipos móviles se le atribuye a Gutemberg hacia el año 1450 después de Cristo, pero se estima que los seres humanos empezamos a escribir (con materiales y alfabetos diversos) unos 3 mil, 3 mil 500 años antes de Cristo. A unos 5 mil años de haber empezado a escribir, la humanidad se ha desprendido parcialmente de la necesidad de contar con los medios materiales para dejar marcas de tinta o tallar letras. Ahora, códigos que la mayoría no entendemos, nos permiten digitar en artilugios tales como un celular, una tablet, computadora, televisión. Podemos conectar todas estas (y más) cosas a Internet, un amplio lugar enteramente digital. 

La palabra digital, como es obvio, comparte raíz con la palabra dígito, originalmente se refiere a nuestros dedos. Porque así fue como empezamos a escribir y contar: con los dedos. No obstante, ahora también digital es un adjetivo que aplicado a un dispositivo o sistema significa que “presenta, transporta o almacena información mediante la combinación de bits”.

Diríamos que esta realidad digital se extiende en una dimensión inmaterial que hemos construido mediante lenguajes y códigos. Es cada vez más grande y compleja, atrozmente veloz, con relaciones complejas con la realidad social y todo lo que vivimos fuera de Internet. 

La realidad digital ocupa cada vez más lugar en nuestra vida, pero se va haciendo también más efímera.   La gente configura su whatsapp para borrar automáticamente los mensajes para evitar que les ocupen espacio en la memoria del teléfono. A diario nos llega mucha información de modo gratuito, tanta que a veces es molesto. Así muchas de las interacciones que tenemos a través de los medios digitales se borran de nuestra memoria, aunque otras (las que no son más significativas) pasan a incorporarse al conjunto de ideas que determinan nuestra forma de vivir y entender la realidad. 

Internet es un hito para la historia con tanto potencial como cuando aprendimos a escribir. Pero una de sus características es casi opuesta a la de las piedras con escritura cuneiforme: se borra con el tiempo. La información digital requiere de un espacio de almacenamiento y un servidor si va a estar en línea. Cuando esos servicios se dejan de pagar o el proveedor se desconecta, si esa información no fue respaldada, desaparece. Se puede respaldar en otro servidor en línea o en un soporte más cercano como memorias usb, discos duros, CD, DVD. Sin embargo, los datos se dañan con el tiempo. 

Es innegable la influencia de lo audiovisual en esta era: videos, fotos, ilustraciones, audios, podcast. Sin embargo, una gran parte de esto que forma parte de nuestra cotidianidad se perderá para siempre porque hace falta el trabajo correspondiente de respaldo y sistematización. Si hay historia en el futuro, ese será el trabajo de los próximos arqueólogos digitales. 

En cambio, la prensa escrita todavía goza de esa cualidad más parecida a la de las primeras tablillas de arcilla sumerias: se puede tocar. Leer directamente en papel y no en pantalla. Este papel no va a desaparecer cuando el lector se vaya. Se quedará ahí. Y en el caso de los periódicos, es uno de los motivos por los que se les reconoce su valor histórico.

Otro de los motivos es su finalidad y modo de producción específico. Buscan informar. Presentar los hechos socialmente relevantes en un formato periodístico. Pretenden ser un relato actual más o menos objetivo que sea relevante para un grupo de personas. Es en esta capacidad de ser relevantes donde está el desafío para mantener su vigencia: ser capaces de convencer a los lectores de que vale la pena pagar el costo de ese material impreso

Este es un muy largo feliz cumpleaños a Diario Presente. Que sea por mucho tiempo más un medio útil para informarse y compartir ideas sobre lo que importa en nuestra realidad.