ÍNTEGRAmente: LA VIGOREXIA

Uno de los trastornos mentales relacionados con la salud y el aspecto físico del que se habla con frecuencia es la vigorexia

Uno de los trastornos mentales relacionados con la salud y el aspecto físico del que se habla con frecuencia es la vigorexia. Sin embargo, resulta relativamente sencillo que se devalúe su importancia y que se hable de que tal o cual persona es vigoréxica como si se tratara de un simple rasgo de personalidad.

La vigorexia o dismorfia muscular es un trastorno mental por el cual quien lo padece se obsesiona con su aspecto físico hasta tal punto que cambia su conducta alimentaria y sus hábitos de vida para alcanzar una imagen que tiene en su cabeza y que jamás sentirá que alcanzará.

Las personas vigoréxicas nunca se ven lo suficientemente musculadas, de manera que todo lo que hacen es con la finalidad de aumentar el volumen de sus músculos y cambiar su aspecto físico. Por ese motivo se pasan horas entrenando en máquinas y levantando pesas, y adoptan hábitos alimenticios como comer cantidades exageradas de carbohidratos y proteínas. Llegado el momento, también terminan consumiendo sustancias nocivas como esteroides anabólicos u hormonas.

Los síntomas de una persona con vigorexia, más allá de los cambios en la alimentación y el consumo de sustancias, se reflejan en los nuevos hábitos que va adquiriendo, como estar todo el día mirándose constantemente en el espejo, comparar el cuerpo con el de otras personas, tener problemas de estrés y ansiedad si se salta algún entrenamiento o comida, convertir la práctica de ejercicio en el centro de la vida, seguir haciendo ejercicio ignorando las lesiones físicas y la obsesión por ingerir cierta dosis diaria de proteínas.

En el supuesto de estar tomando esteroides anabólicos aparecen otros síntomas como caída del cabello, presión arterial alta, problemas de impotencia, infertilidad, depresión, estados de irritabilidad, acnés, daño renal y problemas de hígado y del corazón. Incluso pueden llegar a desencadenar una adicción. De tal modo, este trastorno mental puede desencadenar enfermedades físicas muy graves.

Según la gravedad de la dismorfia muscular, el especialista prescribirá determinado tratamiento. En los casos leves, el mejor momento para afrontarla, hay que acudir al psicólogo, quien te ayudará a superar tu problema por medio de terapia cognitiva conductual. En casos más graves, esta puede ir acompañada de antidepresivos.

La práctica de deporte de forma moderada y el evitar una vida sedentaria resulta fundamental para nuestra salud, pero hay que adoptar una serie de prevenciones para no caer en trastornos como la vigorexia u otro tipo de obsesiones por nuestro aspecto físico.

(Paidopsiquiatra.)