Luciérnagas lectoras (2)

TOC, TOC. "¿ES AQUÍ el club de lectura?", preguntaba una señora elegante al frente de tres más igual

TOC, TOC. "¿ES AQUÍ el club de lectura?", preguntaba una señora elegante al frente de tres más igual. Yo estaba solitario, como en pocas veces en el taller literario. Leía para ocupar mi tiempo laboral. "No, no es de lectura", les respondí sonriente, y las invité a sentarse mientras ellas amagaban ya con irse, decepcionadas que no fuera taller de lectura. Luego supe que se llamaba Juanita la más aventada para preguntar y hablar. Quizá lea este texto. "Pero pueden ustedes escribir", les propuse, como anzuelo para ver si se quedaban. Yo necesitaba más talleristas, los otros no habían llegado esa ocasión, quizá se habían desviado al Submarino amarillo, restaurant bar. "Pero ¿de qué vamos a escribir?". "Uy, de tantas cosas. Y aproveché para exponerles lo que siempre digo como loro cuando alguien me hace esa pregunta.

LOS CLUBES DE LECTURA son aún más eficaces en el crecimiento personal. Y hay menos ego. Eso creo yo. Porque al terminar no se llevan algo tangible: se llevan -solo y nada más- imágenes de lo leído en la mente, más el bienestar interior que provoca la sonrisa, el ver reír, y el platicar. A diferencia del taller de escritura o literario, que te llevas las hojas con sugerencias de corrección, y en el taller de pintura o fotografía, llevas una obra que otros pueden ver. En la lectura sin que se dé cuenta el lector en ciernes o avezado, se va viendo diferente, más seguro, más alegre, más consciente de lo que sucede en su alrededor, más tolerante y comprensivo.

ESO ES LO IDEAL: la proliferación de grupos de lectores por todas partes. Y no solo de lectores, por supuesto, sino de cualquier actividad que a las personas les haga crecer en lo físico y mental. No puedo dejar de escribir la muy trillada frase griega de "cuerpo sano en mente sana". Y escribirla intercambiando los sustantivos: "mente sana en cuerpo sano". Es decir ver los campos deportivos bien cuidados, con el mantenimiento requerido y lleno de niños, jóvenes y adultos caminando, corriendo, encestando, todos los días de semana, y sin alcohol en los partidos, que desgraciadamente me dicen que abunda en algunos lugares. Y las bibliotecas y escuelas en actividades de lectura libre. Talleres literarios. Teatro. Es un sueño que no debe quedarse solamente en ese nivel de utopía.

DIARIO PRESENTE DE TABASCO acaba de cumplir 64 años de que está haciendo historia periodística. Y en esta nueva etapa, con Víctor Sámano, está promoviendo la lectura libre, con diversas actividades relacionadas con el tema. Y sé de la lectura que Letty Chavarria promueve en Río Bravo, Tamaulipas. Y Pedro Luis Hernandez con su club de lectura de la diversidad textual; asimismo el taller de lectura y literario de la librería de la UJAT, con Lorenzo Morales; y Delia Cantoral y Jaime Ruiz en Casa Alebrijes Ruiz Cantoral con el club de lectura Teodosio García y Lectoras bordadoras. Érika Padrón lee en público a través de las redes. Y Wilber Albert en la sala de su casa. El maestro Didier, la maestra Laura Virginia Vidal Herrera, en las escuelas donde trabajan, Laura Cisneros y Artemio Delgado , en Matamoros. Andrés Bolaños Poeta Veracruzano y Samuel García, en Veracruz. Y tantos maestros más (aunque no tantos como debiera ser). Y los clubes de lectura del FCE y los de Conaculta. Y cómo olvidar la inmensa labor de Porfirio Díaz Pérez (QEPD). Y sin duda, el grupo de "Luciérnagas Lectoras", quienes generosamente me han invitado a dar una charla.