NUESTRA NAVIDAD.

Así como en el ocaso las aves retornan a sus nidos

Así como en el ocaso las aves retornan a sus nidos, en diciembre, al terminar el año, volvemos la mirada a nuestros lares y a nuestros afectos, reflexionamos sobre nuestro proyecto de vida, y rediseñamos nuestras metas.

La navidad es una bella época y una hermosa costumbre de occidente. La familia se reencuentra y se refuerza nuestra identidad. Se conceden amnistías, nos deseamos: felicidades.

Pero, ¿qué es la Navidad?

Navidad es una contracción de la palabra natividad, con que se designa el nacimiento de Jesucristo, “El Salvador” según la religión católica. El verdadero día de la natividad, del nacimiento, es tan incierto como el año. En el siglo VI, el monje Dionisio, llamado el exiguo,  fijó el nacimiento de Cristo en el 754 de Roma, y esa fue la base para que más tarde, centurias después,  se estableciera la cronología de la era cristiana.

Pero ciertamente es una base falsa, pues Herodes, que según los evangelios ordenó la degollación de los “niños inocentes”, murió en el 749 de roma, y ese si es un dato histórico: Jesucristo, por tanto,  tuvo que haber nacido antes del 749 y entonces la pregunta obligada es, ¿estamos en el  2028, o en el 2030?

A través  del tiempo se han propuesto otras fechas, por ejemplo el 6 de enero, observado hasta hoy por la iglesia armenia y otras confesiones. Se ha hecho notar que el nacimiento no pudo ser en diciembre, mes de frio y lluvias en Judea, y por ello los pastores no tendrían sus rebaños a campo abierto, como refieren los evangelios.

Pero la clerecía fijo esta fecha para montar la celebración sobre fiestas de la mayoría de los pueblos cultos de la antigüedad, que el 25 de diciembre celebraban el solsticio de invierno, el día en que el sol parece detenerse en su descenso, y comienza a elevarse de nuevo en el firmamento. Los días se alargan, y renace la esperanza de la primavera.

Los persas y los egipcios, los fenicios y los sirios, los griegos y los romanos, los mexicanos y los peruanos, los hindúes y otros pueblos,  celebraban en aquel día el nacimiento del sol, el parto de la “Reina de los Cielos”, la “virgen celestial” y el nacimiento de su hijo, el Dios solar.

Los días previos  al 25 de diciembre los mexicas tenían grandes festividades para celebrar el nacimiento de Huitzilopochtli, su Dios tutelar, y para borrarlas, en 1587  montaron en esas fecha las misas de aguinaldo,  y así nacieron nuestras  posadas, que son netamente mexicanas-

Dionisio o Baco, a quien los griegos llamaban “el salvador”, nació de una virgen el 25 de diciembre, lo mismo que Hércules.

El nacimiento de Adonis, se celebraba ese día. Los autores cristianos afirman que las ceremonias paganas tenían lugar en cavernas, como la de Belén, en que nació Jesucristo.

Los antiguos egipcios, fijaban la preñez de Isis, la  “Virgen reina de los cielos” en el mes de marzo, y el nacimiento de  Horus a fines de diciembre. Los egipcios no solo adoraban a una madre virgen, sino que presentaban a los fieles la efigie de su recién nacido acostado en un pesebre.

Osiris fue también hijo de una “virgen santa”, y nació también un 25 de diciembre. En ese mismo día, se registra también el nacimiento de Buda, que tampoco fue concebido sexualmente, a pesar de que  su madre también era casada.

Los antiguos germanos encendían la hoguera de yule, y celebraban un banquete en el solsticio de invierno, posible antecedente de la cena de Navidad. De ellos proviene también  la costumbre del árbol de Navidad.

Esta era,  asimismo,  la gran fiesta  del año para los antiguos escandinavos. Frey, hijo de Odín, el Dios padre en la mitología escandinava, y de Frigga, nació también un 25 de diciembre. Los druidas, celebraban también en el solsticio de invierno su fiesta anual del fuego, durante la cual prendían hogueras en las cimas de todas las montañas.

En Roma, metrópoli a la que llevaban las legiones las más diversas religiones de los territorios conquistados,  se conmemoraba ese día el nacimiento de ”el sol invicto” y también el de Mitra, el dios solar persa, cuyo culto se extendió por todo el imperio romano, precisamente en el nacimiento del cristianismo.

Los cristianos de Egipto consideraron el 6 de enero como día de la natividad,  y esa costumbre se extendió por toda la iglesia del mediterráneo oriental. A principios del siglo IV, la iglesia occidental, que nunca había aceptado esa fecha, adoptó el 25 de diciembre, fecha que gradualmente fue aceptada.

De igual manera la mayor parte de las costumbres navideñas actuales tienen un origen pagano. En Roma se celebraban las saturnales desde el 21 de diciembre hasta fines del año. En Inglaterra, los puritanos intentaron abolir la navidad por considerarla un exceso pagano.

Y  “navidad” designa no solo la fecha en sí, sino también la época decembrina, Por ello creo que es propicio decir a mis amables lectores: “feliz Navidad”.  Que sean muy felices. Que haya buena salud, y mala memoria.