¡Pequeño… gran desafío!
22/03/2021
Partidos y candidatos a cargos de elección popular que serán votados este seis de junio deben tener en cuenta que son ellos los interesados principales en que halla una mayor participación ciudadana posible, la cual en voluntad popular les otorgará en esa misma proporcionalidad el grado de legitimidad del triunfo a quien resulte obtener la mayoría entre la voluntad popular electora.
Los jugadores en la puja por los cargos de gobernabilidad ejecutiva y legislativa en las 32 elecciones locales y la federal deben exigirse per sé respetar las reglas de la competencia, plasmadas por el constituyente en la reciente reforma política electoral de carácter constitucional y sus correspondientes leyes secundarias, en las cuales se inscribe qué sí y no pueden hacer antes, durante y posterior al período de proselitismo.
Aun en el absoluto repudio que hacia el sistema político les tiene la inmensa mayoría de una ciudadanía agraviada al defraudarle, partidos y candidatos tienen que ser capaces de hacer una campaña electoral competitiva a partir de sus propias estrategias trazadas, en la la sensatez de proponer a ese mismo ciudadano políticas públicas que correspondan a la solución de las demandas colectivas en pro del bien común.
En la reflexión deben reconocerse que como actores públicos y la institución que les abandera tienen tras de sí una enorme deuda de inconmensurable dimensión histórica, al optar por la mezquindad de hacerle a un lado un juramento republicano y ser serviles literal de una mafiosa cúpula, una sumisión absurda en el entramado social que les lleva a esa posición.
En los tiempos y circunstancias de la contemporaneidad de gestión pública, reconociendo las asimetrías entre competidores dentro del proceso Electoral Ordinario 2020-2021, Local de las 32 entidades locales y el federal, nada es seguro para nadie respecto del propósito de aspirar a la victoria con el convencimiento.
Disponer del más abultado presupuesto y del del ejército de un equipo de sesudos colaboradores, no hay una garantía absoluta en el triunfo, así como tampoco las limitaciones en financiamiento y afines a un proyecto es motivo de discriminación; aún menos cuando en el tablero del juego el intelecto es una ficha valiosa que si se sabe trabajar puede invertir el resultado de una voluntad popular que llegada la jornada del seis de junio igual podrá decidir por quién elegir votar.
Quién hubiera pensado que en Estados Unidos un afroamericano Barack Obama sería electo en 2008 y repitió en 2012 como el presidente de la nación poderosa política y económicamente en el orbe; y aquí en Jalisco guardadas sus proporciones sería votado como diputado un genuino candidato independiente de nombre Pedro Kumamoto, por Zapopan, Jalisco.
Ambos en la desventaja respecto del rival a vencer, pero que llegado el momento de las definiciones con el talento, al haber hecho una sensata campaña electoral sensata en la que las redes sociales fueron determinantes.
Así ha ocurrido en no pocas ocasiones en las que el en apariencia el derrotado resulta ser quien se alza con el gallardete de la victoria y quien en la arrogancia se halla derrotado, justo porque tuvo los argumentos para convencerle a los votantes que decide quién sí o no es el idóneo para reivindicarles en su confianza.
La disruptiva situación por una inesperada emergencia mundial por la pandemia del coronavirus letal que arrebató el estilo de vida socioeconómica y política, reconociendo que la normalidad se quedó en el ayer, hay un panorama con muchas limitaciones con la emergencia de la herramienta tecnológica, con las redes sociales por delante, para hacer una campaña en condiciones absolutamente inéditas que la generalidad de partidos y candidatos les exigirá la inventiva para hacer campañas alejado de lo tradicional.
Una vanguardia tecnológica que sin discriminar no se le dan tan sencillamente a todos para explotarle la diversidad de recursos que ofrece, que igual puede catapultar como hacerle fracasar frente a un segmento social que en esencia está empoderado por una masa social de jóvenes que suelen ser selectivos en lo que son sus intereses. Captar el interés de esta comunidad será todo un desafío para un uso de lenguaje distinto, atractivo incluso en los videos.
La economía de la atención en la comunicación política electoral, centrada en la mercadotecnia, será lo que marque la pauta en cómo hacer campañas por lo que compete a unos acartonados contendientes a cargos de gobernabilidad. Ser asertivo en el mensaje será fundamental para el éxito o fracasos de unos y otros, en donde las eternas denostaciones como recurso barato y mediocre tampoco tienen cabida alguna.
La voluntad popular igual deberá aprender a considerar lo sustantivo de la propuesta de cómo ser correspondidos, por sobre el partido y el candidato; ser dominante en ir más allá del emblema y el personaje para reflexionar y emitir un voto informado.
Una decisión tan compleja como delicada y trascendental en el contexto de que son los competidores que habrá, aun siendo los rostros y los apellidos de siempre que ha tenido en la boleta cada tres y seis años, cuando por mandato constitucional debe haber una renovación periódica en los cargos populares de gobernabilidad, ejecutiva y legislativa.
Bitácora
La tecnología muchas veces discriminadas cada vez se ha empoderado más, y lo que le sigue en el entramado de la democracia político electoral. Una era digital que ya explotó en México sin freno alguno hacia el ejercicio del voto.
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