PODER POLÍTICO

Despeñadero patrimonial

El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto que prometió progreso durante el discurrir de su gestión resultó desafortunado  para los 119 millones 530 mil 753 mexicanos que cohabitamos este país, cifras del estudio intercensal 2015 del INEGI; una administración que el 30 de noviembre de 2018 cesará con todos los indicadores del desarrollo y crecimiento socioeconómico negativos y el repudio jamás visto.

Una condición impensable cuando luego de protestar a la investidura presidencial aquel uno de diciembre de 2012, Peña Nieto concretó al el “Pacto por México” al día siguiente, rubricado en común por las dirigencias de los tres principales partidos políticos del país: PAN, PRD y el PRI, con el propósito de coadyuvar al sendero del porvenir nacional.

Un “Pacto por México” inédito que entre las partes se trabajó durante el período entre el que fue electo y previo al evento republicano de ceñirse la banda del Jefe de Estado.

El documento en origen contenía cinco grandes temas para impulsar el desarrollo social mexicano; a saber,  Sociedad de Derechos y Libertades; Crecimiento Económico, el Empleo y la Competitividad; Seguridad y Justicia; Transparencia, Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción; y Gobernabilidad Democrática.

Entonces se encumbró desde lo mediático como el Presidente de México más poderoso cuando menos en la historia reciente, respecto de sus antecesores en el mando de la gobernanza nacional. Vicente Fox Quezada en su período también pretendió conciliar a la partidocracia en un primigenio tratado, pero no trascendió.

Un símil al “Pacto de la Moncloa” de España, en su caso firmado en 1977 con los legisladores, con la particularidad de sumar además a la clase empresarial, sindicatos trabajadores y a las organizaciones sociales, con el propósito de estabilizar del proceso de transición al sistema democrático, así como adoptar una política económica que contuviera la gran inflación de entonces. A la fecha, sigue vigente.

Nuestro Gobierno de la República  discriminó en esa cruzada a los hombres de negocios, trabajadores y organizaciones civiles, y se diluyó al cabo de concretadas las reformas estructurales; la energética, política, hacendaria, financiera, telecomunicaciones, y educativa.     

Alejado de los postulados, el Índice de Percepción de la Corrupción 2017 de la Organización Transparencia Internacional ubicó a México en el número 135 entre los países de menos a más corruptos el mundo y en el top cinco del continente.

Latinobarómetro en su informe 2018, sobre la calidad de la democracia y la situación económica de sus habitantes, confirmó el grado de un país corroído por la clase gobernante, la burocracia hasta los policías, sin novedad alguna. 

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) publicó este 21 de marzo el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018, con el que analizó el desempeño de la política de desarrollo social en México en la última década.

Entre 2008 y 2016 se presentó un panorama mixto en la pobreza que aumentó en 3.9 millones de personas pero, al mismo tiempo, 2.9 millones de personas dejaron de estar en situación de pobreza extrema. En esa década registró una reducción en la mayoría de las carencias sociales, aunque las de acceso a la seguridad social y a la alimentación todavía son altas.

El acceso a la alimentación prácticamente no tuvo cambios en este periodo de los 10 años recientes, producto de un incremento entre 2008 y 2010 y, posteriormente, de una reducción de casi la misma magnitud entre 2010 y 2016.

El Coneval enfocó también el panorama económico de los mexicanos, en especial de los jóvenes de entre15 y 29 años, a quienes señala con las mayores dificultades para insertarse en empleos formales. Sólo en 2017, del total de personas jóvenes ocupadas, 59.9 por ciento, se encontraban en empleos informales.

Latinobarómetro catalogó la situación económica de México entre las de mayor pobreza, sólo por debajo de Venezuela, Argentina, Brasil y los países centroamericanos El Salvador y Nicaragua.

En temas económicos, durante la presidencia de Peña Nieto al 15 de noviembre, la Comisión Nacional de Salario Mínimo incrementó éste de 64.76 a los 88.36 pesos; sustentados en la estadística de coyuntura del Banco de México, la paridad cambiaria se deslizó de los 12.96 a los 20.33 pesos por dólar; el barril del petróleo se depreció de 97 a los 20 dólares en enero de 2016, aunque volátil se ha revalorizado a este viernes 16 de noviembre en 60.35 dólares.

Las indicadores de la calidad de vida que da el bienestar social y económico durante el gobierno de la República no pasó de la demagogia ni de la retórica, un mero cumplido cuando no responde al bien común.  

… ¿Y en democracia?

Consulta Mitofsky, empresa de estudios de opinión pública, en sus mediciones trimestrales  para el caso del Presidente Enrique Peña Nieto registró al inicio de su gestión el visto bueno popular de 54 puntos porcentuales que incrementaron a 57 para mayo de 2013; de ahí vino en un paulatino descenso hasta que en febrero de 2017 cayó a 17 puntos para tener un leve repunte para hundirse otra vez en agosto de este año en 18 por ciento, coincidente en esta última con Latinobarómetro.

Una repugnancia de no verse la ciudadanía representada en sus intereses que influyó en un literal voto de castigo durante las recientes elecciones constitucionales del uno de julio para elegir al próximo Presidente de México, en la cual apostó por José Antonio Meade  como candidato externo a su partido, quien en el cómputo total logró el equivalente a 16.40 por ciento preferente de la voluntad popular, estadística del INE.

La adversidad ciudadana fue capitalizada por Andrés Manuel López Obrador, postulado en coalición por Morena, PT y PES, con el 53.19 por ciento de quienes optaron por su propuesta, unos inobjetables 30 millones 113 mil 483 votos, estadística del INE.

Bitácora

Triste colofón para Enrique Peña Nieto en su gestión, marcada por la corrupción e impunidad.

eduhdez@yahoo.com